China paga, pero impone sus condiciones
Europa se ha echado en manos de los países emergentes para capitalizar el Fondo de Rescate Europeo y no está escrito en ningún sitio que vaya a lograr la financiación que busca. Algo de Rusia, algo de India, algo de China, ... pero de momento ningún compromiso firme. En todo caso, Europa puede meterse en la trampa en la que está atrapado Estados Unidos: China compra la deuda, pero impone su política cambiaria, de tal forma que sus productos inindan Occidente.
China acapara la mayor cantidad de deuda pública norteamericana emitida en dólares, con una cantidad pareja a la que tienen acumulada los japoneses. Utilizan los títulos norteamericanos como estabilizador del tipo de cambio de su moneda, intencionadamente depreciada para poder inundar con sus manufacturas los mercados norteamericanos. Además, sostienen, e intervinen, buena parte de la política de tipos y la financiación del déficit estadounidense.
Así, las quejas sistemáticas de la Administración USA en demanda de una liberalización de los tipos de cambio del yuan son respondidas con una simple insinuación de que pueden vender los títulos de deuda en dólares y hacer infinanciable el recurso sistemático al endeudamiento de Estados Unidos.
Esa misma política comenzarán a practicarla con Europa si la Unión Europea pone en sus manos una parte de la salvación de la finanmciación pública, con la participación en los mecanismos financieros del fondo de rescate. Si financian a Europa, o a su escudeoprotector contra los ataques a la deuda soberana, impondrán también una determinada política cambiaria a su medida, tal como hacen con Estado Unidos.
Las autoridades políticas chinas, virtuosos comunistas-capitalistas, ya han advertido a Occidente que no puede vivir eternamente con el recurso a la deuda, con el ahorro de los demás. Pero mientras sea para ellos esa circunstamcia una posibilidad de intervenir en las decisiones de Occidente, comprarán encantados su deuda. Es la forma capitalista de ver el mundo de los comunistas de Pekin. Una apreciación del yuan cebaría la demanda nacional de China y facilitaría la expansión comercial de Europa y Estados Unidos, que echarían menos mano de recursos ajenos apara financiar su crecimiento, porque no los necesitarían.
Pero tal cambio supondría un parón en el crecimiento vertiginoso de China, y un estancamiento en la expansión de la renta desde la costa del Pacifico hacia el interior del país-continente, en el que viven más de mil millones de personas.