Así se fraguó el golpe contra Luis del Rivero
La pugna por el sillón vacío de las cajas acabó en moción de censura.
Seis horas, con arranque a las 12 del mediodía, y sin parar ni a comer. La tensión reinante no permitía concesiones en la reunión del consejo de Sacyr del jueves, en la que se materializó la destitución de Luis del Rivero de su cargo de presidente del grupo de construcción y la consiguiente renuncia a su cargo de consejero ejecutivo.
El vuelco de poder en la quinta constructora del país por capitalización bursátil se materializó en una sesión ordinaria a la que Del Rivero iba cargado de munición. Pero también acudían armados sus opositores. En manos del exejecutivo, el pacto con la familia Loureda y Javier Gayo (presidente del área de construcción y dueño del 1,7% de Sacyr) para sindicar acciones por el 27% del capital, firmado en la misma mañana del jueves. Abelló, Carceller y las cajas iban a poner sobre la mesa una alianza ganadora -que nadie esperaba- con el vicepresidente Manuel Manrique para anular a Del Rivero. El resultado, ya conocido, es que este último ha tenido que abandonar el puesto de primer ejecutivo y que el citado Manrique, íntimo colaborador del empresario murciano en los últimos 25 años, toma la presidencia de la compañía.
El desarrollo del consejo fue conduciendo al ataque definitivo. En el orden del día no aparecía punto alguno relacionado con la ratificación del presidente. Pero este tuvo claro que podía perder el despacho en cuanto comenzó la batalla. En primer lugar, tuvo que soportar una andanada de parte del consejo (Carceller, Sanjuán, Abelló y las cajas) por haber ratificado el pacto con Pemex sin consultar al órgano de decisión. Algunos de los presentes habló de ilegalidad.
Soportado el chaparrón, y sin que Del Rivero hubiera explicado el nuevo pacto de accionistas, tocaba elegir consejeros. En este punto se dirimía quién se quedaba con el puesto que había abandonado el dimisionario Ángel López Corona. Este último representaba a las cajas (NCG, Bankia, Unicaja y BMN) en el consejo, pero tenía el sillón a su nombre y no a título del accionista representado.
Según fuentes de la máxima solvencia, los nuevos accionistas concertados, Luis del Rivero (12,6%) y José Manuel Loureda (12,62%), reclamaron el puesto. Ambos suman en Sacyr cuatro consejeros dominicales, a los que había que añadir el sillón de consejero ejecutivo de Del Rivero. Con el 27% del accionariado y cada sillón de Sacyr valiendo el 5,8% del capital, los dos fundadores querían hacer valer el principio de la representación proporcional.
Aquí se enconan las posiciones y las cajas defienden el que hasta ahora había sido su tercer dominical. Había que votar. 18 personas en la mesa (el puesto número 19 era el del ausente López Corona) y Del Rivero confía en un empate a nueve, que se rompe con su voto de presidente. Resultado: los críticos Juan Abelló, Pedro del Corro, Demetrio Carceller, Javier Adroher, Juan Miguel Sanjuán, Diogo Álvez, Matías Cortés, José Luis Méndez y Manuel Azuaga, defienden la tesis de las cajas. Y, sorpresa, Manuel Manrique y su hijo Gonzalo, hasta hora con el frente de fundadores, cambian de bando y se suman a ese voto de censura a Del Rivero y Loureda, que pretendían nombrar consejero a Javier Gayo. Del Rivero se queda con sus dos consejeros (Víctor Guillamón y Miguel Ángel Peña), Tomás Fuertes, los dos Loureda (padre e hijo) y José Moreno. Siete votos que le dejan a merced del bloque crítico.
Es entonces cuando Abelló y Carceller, puntilla en mano, exigen la dimisión de quien ha sido presidente en los últimos siete años. Manrique vuelve a sumarse a la moción de censura y del Rivero abandona la sala, separado ya de sus funciones y tras presentar la dimisión como consejero ejecutivo.
Manuel Manrique asciende a presidente, ahora con el visto bueno del murciano Tomás Fuertes, accionista (5,1%) de reciente entrada en la empresa e incondicional de su paisano Del Rivero. Carceller asume la vicepresidencia primera y Abelló mantiene la segunda.
Concluido el consejo, Manrique llama al presidente de Repsol, Antonio Brufau, en un claro gesto de cambio de política en Sacyr. La constructora mandó al mediodía del viernes una comisión pacificadora con su nuevo presidente, Abelló y Carceller.
Los analistas dicen
Sabadell: la salida de Del Rivero es positiva si supone el fin del conflicto en Repsol. La posibilidad de desinversión en la petrolera aumenta.N+1 Equities: apuesta por la ruptura del pacto entre Sacyr y Pemex que les otorga el 29,5% de Repsol. Banco Espírito Santo opta por lo contrario: la alianza se mantendrá.Exane BNP Paribas: si Sacyr vende el 5%, Pemex puede comprar.BPI: avanza nuevo conflicto en Sacyr por determinar cuánto se reduce en Repsol. Apunta a que los bancos acreedores de Sacyr se quedarán con acciones de la petrolera.