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Javier Robles - Presidente de Danone

"Todo se puede mejorar, es un desafío"

Lleva una década transmitiendo valores, con la Danone Nations Cup, a los más jóvenes a través del deporte.

Innovar implica coherencia, asegura Javier Robles, barcelonés, de 66 años y presidente de Danone, compañía que ha recibido el galardón de CincoDías al proyecto más innovador en responsabilidad social empresarial.

¿Cómo surge el proyecto de la Danone Nations Cup?

Empezó en 1998, cuando se celebró el trofeo del mundo en Francia. Debido a la pasión de los franceses por el fútbol surgió la idea de realizar un campeonato de alevines. El primero fue en 2000, las primeras ediciones transcurrieron en París, y poco a poco se han ido incorporando hasta 40 países. Este año se ha celebrado en el estadio Santiago Bernabéu, de Madrid, y han asistido 50.000 personas. Además, a lo largo de los años se ha ido perfeccionando y se trata de que los niños pasen unos días inolvidables, donde combinen la pasión por el deporte, los buenos hábitos, una vida saludable y se empapen de ciertos valores.

¿Qué valores son importantes?

El esfuerzo, el compañerismo, el trabajo en equipo. Todo esto está relacionado con la filosofía y la misión de Danone. Queremos contribuir a la mejora de la salud de las personas a través de la alimentación. Ya decía Hipócrates que somos lo que comemos y lo que hacemos. Por ello es importante practicar deporte, tener buenos hábitos, apostar por la calidad y el bienestar. También queremos contribuir a favorecer el bienestar y la calidad de vida de la gente empezando desde niños.

¿El primer ejecutivo está involucrado en este tipo de iniciativas?

Sigo los objetivos y el desarrollo de los actos. He estado en las finales, viendo los partidos, animando al equipo español. La trayectoria de este evento pone de manifiesto el potencial de esta iniciativa.

¿Esta iniciativa, enmarcada en el ámbito de la responsabilidad social corporativa, es un paso más en los procesos de innovación de la compañía?

La innovación debe ser el viento que lo inunda todo. Es una actitud. Todo se puede mejorar, es un desafío. No se trata solo de lanzar nuevos productos porque la renovación es la hermana gemela de la innovación. Puedes tener buenas ideas, lanzar nuevos productos, pero la renovación de gustos, texturas, envases, también forma parte del espíritu de la casa. La historia de Danone es una historia de innovación, forma parte de nuestro ADN. El fundador tenía la creencia de que los fermentos lácticos eran beneficiosos para la salud. Se puede innovar en los procesos de fabricación, en organización, en desarrollo social, porque además la responsabilidad social no puede ser una moda y es un campo en el que se puede innovar.

Aporte alguna idea más.

Danone tiene 17 escuelas deportivas y la Asociación del Deporte para una Infancia Mejor (ADIM), de la que se han beneficiado 5.000 niños. Intentamos educar en escuelas de barrios desfavorecidos en buenos hábitos y en valores humanos. Colaboramos con la Fundación Banco de los Alimentos, con diez millones de unidades de nuestros productos. Hemos pasado de ser un donante coyuntural a ayudarles a planificar sus necesidades. También tenemos un programa de acción social en el que implicamos a todos los empleados para que se sientan partícipes de estas iniciativas, como ir a contar cuentos al Hospital San Juan de Dios. La responsabilidad social hay que vivirla, sentirla y practicarla, es lo que le da un cariz de credibilidad.

"Nuestra riqueza está en el respeto a las personas"

¿Por qué las empresas son reacias a innovar?Es necesario que haya dos palancas, porque una sin la otra se queda coja. Por un lado, la productividad implica reducción de costes, y la innovación supone diferenciación. Las dos palancas juntas ayudan a ser más competitivos. Hay que innovar en época de vacas flacas. Tanto la productividad como la innovación son tareas constantes que se deben practicar cuando hay vacas gordas, pero también flacas. Tiene, además, una mejora en la competitividad, en la calidad de la vida de las personas, como palanca para ayudar a transformar la sociedad.Es usted un convencido de este tipo de iniciativas.Es que es un valor fundamental que no se puede improvisar y requiere la implicación del director general como primer responsable de equipos de dirección que buscan la excelencia. Es una actitud, es un método, es perseverancia, es creer en ella y en cómo mejorar la percepción de la marca.¿Cómo fluye la innovación por las arterias de una organización?Debe fluir con normalidad, no debe ser algo caprichoso, no debe ser fruto del invento de un genio. En este sentido, hablamos de un estilo de dirección participativo, lo que nos lleva a una filosofía basada en la persona, en el centro neurálgico de todo lo que ocurre. La principal fuente de riqueza se encuentra en el respeto a las personas y a sus ideas. El debate, la discusión, es el pan de cada día. Nadie es criticado en Danone por aportar sus ideas.Pero en España el fracaso está penalizado...Nosotros premiamos el esfuerzo pero no penalizamos el error. Eso es nefasto. Los buenos emprendedores se la han pegado alguna vez. Nosotros hemos fracasado con algunos productos. Por ejemplo, hace 30 años con el yogur desnatado, pero es cuestión de perseverar, de no tirar la toalla antes de tiempo. Hoy es un éxito.

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