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Cuando el euro sueña con los elefantes

Cavad: hallaréis mis huesos

Absurdos en este lugar nevado.

Cansado por la carga y el camino

Necesitaba calor y hierba.

Encontraréis monedas y armas púnicas

Sepultadas por las avalanchas: ¡absurdo, absurdo!

Absurda es mi historia y la Historia:

¿Qué importaban Cartago y Roma?

Ahora, mi hermoso marfil, orgullo nuestro,

Noble, combado como luna,

Astillado yace entre los guijarros del torrente (...)

Absurdo que yo, torre de carne,

Invulnerable, apacible y espantoso,

Reducido a estas montañas enemigas,

Resbalara sobre vuestro nunca visto hielo.

Para nosotros no existe salvación en la caída.

Un tuerto osado, con la punta de su lanza,

Por mucho tiempo, buscó mi corazón.

A estas pálidas cumbres del ocaso

He lanzado mi inútil, moribundo

Barritar: "Absurdo, Absurdo".

Primo Levi, El elefante (L'elefante), 23 de marzo de 1984, traducido por Jeannett L. Clariond y tomado de A una hora incierta (Ad ora incierta), Barcelona, Íntegra-La poesía señor Hidalgo, 2005.

Foto: Et de ET cetera (2009), obra de Joana Rêgo, expuesta en la 16ª Bienal de Cerveira (Portugal) (B. dM., 5 sept 2011).

(El título de la entrada, claro, es un homenaje al programa de Carlos Galilea).

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