El milagro de Perú
El país encara el reto de hacer más equitativo el reparto de la riqueza generada por su fuerte crecimiento.
En pocos lugares es tan visible el despegue económico de Perú como en Trujillo. El fuerte ingreso de dólares por el aumento de las exportaciones agroindustriales y mineras ha llenado la ciudad de restaurantes, edificios y enormes centros comerciales, que han disparado el crédito de consumo y estimulado a los negocios pequeños a modernizarse.
Esta es la cara amable del milagro económico peruano que, sin embargo, no ha sido uniforme. El crecimiento se ha concentrado en las zonas urbanas de Lima, Arequipa y las provincias de la costa norte, principalmente Trujillo, Chiclayo y Piura, pero la falta de infraestructuras y la ineficiencia del gasto social han impedido que llegue a la sierra rural, donde el 66% de la población es pobre y un tercio vive en la extrema pobreza.
"La diferencia entre las clases sociales es grande y el que está en la parte baja lo tiene muy difícil", comenta el español Julio Álvarez, director en Trujillo de la filial de Telemark, una central de llamadas española.
El manejo prudente de las cuentas públicas y el alza de las materias primas ha permitido al país acumular 48.000 millones de dólares en reservas y esquivar la crisis internacional. La economía lleva seis años creciendo a tasas por encima del 6% -con la sola excepción de 2009- y en la última década, el peso de la deuda pública se ha reducido desde el 45% al 24% del PIB.
"Es un crecimiento sano porque no está basado en deuda o capitales golondrinos, sino en exportaciones", destaca Silvio Dragunsky, gerente de la sucursal de AFP Integra en Trujillo.
La llegada al poder del nacionalista Ollanta Humala en julio ha frenado un poco la fuerza de la inversión privada por temor un cambio drástico en las reglas de juego que ponga en peligro este proceso. "Los empresarios se han tomado un respiro a ver cómo les va con este señor, pero se aprecia optimismo", dice Álvarez.
Por lo pronto, el presidente ha nombrado titular de Economía a un joven viceministro de la Administración anterior, Luis Castilla, y mantenido al veterano Julio Velarde al frente del Banco Central.
"Hasta ahora, el inicio de su presidencia ha sido positivo", señala desde Pasadena (California), Steve Saruwatari, experto en mercados emergentes de Western Asset, filial de Legg Mason. "La reforma que ha tenido lugar en Perú en la última década ha creado instituciones sólidas que ya no son tan fáciles de cambiar para cualquier presidente", añade.
Los inversores también han estado atentos al aumento de la fiscalidad de las mineras, que finalmente se aprobó este mes con el consenso de las compañías. "Hasta el momento, las negociaciones entre el Gobierno y las mineras han sido constructivas", recuerda Saruwatari.
Álvarez subraya que 2012 será un año crucial: "El efecto Humala ya habrá pasado y se definirá si las condiciones externas van a permitir que el país siga desarrollándose".
El PIB crecerá este año entre el 5% y el 6%
Mientras la incertidumbre por el cambio de Gobierno se ha ido disipando, el riesgo de crisis se ha elevado. Perú teme que los problemas de Europa y EE UU terminen afectando a China, que en agosto se convirtió en su principal mercado, con una participación del 16%.
Los analistas han revisado a la baja su previsión de crecimiento para este año desde el 7% al 5% o 6%.
"La economía y las finanzas públicas del país permanecerán vulnerables a la variación de precios de las materias primas", dice Alex Duffy, cogestor del Latin America Fund de Fidelity. "Si una recesión global ocurriera, Perú tiene margen para establecer medidas de estímulo fiscal".