Mantener la ilusión por el negocio familiar
Paloma Rovira analiza los tres grandes factores que determinan el éxito en la sucesión de una empresa familiar: confianza en los herederos, flexibilidad ante los cambios y un buen plan de formación
La vida media de las empresas familiares es en torno a 20 años inferior a la del resto de compañías. Los hijos pierden la pasión por los negocios de sus padres y esto provoca la desaparición del 80% de estas empresas en el transcurso de dos generaciones. La pasión por sacar adelante el negocio familiar es la clave determinante de su éxito. Los hijos deben sentir el espíritu emprendedor del fundador, esa ilusión del propietario por hacer realidad su sueño que genera no solo una empresa, sino unos valores, una cultura corporativa y una visión de negocio.
Existen tres pilares para mantener la pasión en la sucesión: el primero consiste en dar la oportunidad a los hijos de aportar nuevos enfoques y valores a la empresa para que puedan sentirse parte de ella y no solo receptores de un proyecto que no les atañe e interesa.
Para ello es conveniente que sean ellos los encargados de elaborar el plan estratégico de la compañía desde el momento en el que se perfila la sucesión. Así los hijos tendrán que estudiar el funcionamiento de la empresa y el comportamiento del mercado, proponiendo planes de mejora y crecimiento que llevarán a las futuras generaciones a perfilar una visión propia del proyecto empresarial.
Además, es necesario dotar a los sucesores de las herramientas de formación necesarias para hacerse cargo de la empresa antes de que tomen las riendas al 100%, no solo enfocadas a conocer el funcionamiento de la empresa, sino las posibilidades de mejora de la misma. Es ahí donde se genera la pasión, a la hora de plantear el futuro empresarial.
Por último, los padres han de aceptar los cambios que los hijos proponen en la empresa y colaborar para que estos se produzcan. El antecesor ha de evaluar el nuevo enfoque y el sucesor llevarlo a cabo, creando de este modo su propio proyecto en base al de la generación anterior. Así, en las empresas familiares es importante el conocimiento, tanto de las perspectivas de los hijos como de las experiencias de los padres, la libertad de elegir si tiene lugar o no la sucesión, la oportunidad de los hijos de equivocarse y aprender de sus errores y la intención de mejorar continuamente.
Es siguiendo estas máximas como se logra mantener la ilusión por el negocio familiar.
Paloma Rovira. Directora general de BoD Estrategia