Destrucción creativa en Apple
Apple tiene la asombrosa habilidad de desatar casualmente la destrucción creativa. Su último iPhone, el 4S, ofrece un procesador de datos y descargas más rápido, y un software de reconocimiento de voz más potente. Puede que esto no haya cumplido con las expectativas más febriles de los inversores: las acciones cayeron mientras que el mercado se recuperaba. Pero será más que suficiente para generar dolores de cabeza a empresas que van desde Research In Motion hasta American Greetings.
Los smartphones comenzaron devorando a los ayudantes personales digitales, como podrían atestiguar los aficionados a los Palm Pilot. Aterrorizaron al mercado de telefonía fija -ahora en franco declive-. El aparato de Apple muestra lo hambriento que están los fabricantes de smartphones por comerse los almuerzos de sus rivales. La nueva cámara del iPhone ofrece vídeos claramente mejores. Esto dañará aún más a la venta de cámaras digitales. Su software permite enviar mensajes gratis y más fácilmente a otros dispositivos de Apple. Esto son malas noticias para los operadores telefónicos y sus gruesos márgenes en dichos servicios. Los mensajes instantáneos también han sido una app asesina para los usuarios de BlackBerry.
Apple también presentó una función que permite a los usuarios crear digitalmente sus propias tarjetas de felicitación y enviarlas físicamente. Esto puede no emocionar a los más ardientes fans de Apple, pero fue suficiente para disparar las acciones de American Greetings e International Greetings. Oh, y el iPod Nano permite a los corredores hacer un seguimiento de su rendimiento, lo que se llevará parte del mercado de los monitores personales de fitness y los zapatos con sensores. En un sentido, sin embargo, estos son los efectos cuantificables del nuevo iPhone. El aparato viene también con un software de reconocimiento de voz más potente que permite a los usuarios buscar en internet, responder a consultas o dictar. Es difícil juzgar su eficacia hasta que realmente llegue a los estantes. Pero los inversores en busca del impacto de la destrucción creativa elaboran, sin duda, una nueva lista de víctimas.