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Columna
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El FMI, un potencial jugador decisivo

El FMI está dispuesto para intervenir con el objetivo de evitar el contagio del fuego salvaje de la crisis de la deuda de la eurozona. La organización consideraría la compra de bonos de países como España o Italia, considerados solventes, pero afectados por las preocupaciones de los inversores sobre sus finanzas y su crecimiento. El director del FMI en Europa afirma que el organismo podría actuar junto con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) tras la creación de un vehículo con propósito especial (SPV) para intervenir en el mercado secundario. Esto añadiría la credibilidad del fondo a la pronto mejorada capacidad de los fondos de rescate de la eurozona.

La compra de bonos soberanos por parte de instituciones públicas no debería ser una forma de ayudar a financiarse a los países más débiles del euro. Solo debería emplearse para evitar que una crisis de liquidez que afecte a un país particular degenere en una crisis de absoluta de solvencia. Pero debería ser una herramienta para mantener la presión sobre los países que han perdido la confianza de los mercados pero que no están inmersos en un programa completo de rescate -manteniendo los rendimientos en el nivel en el que más allá la carga de sus deudas se haría insostenible-. Esto garantiza que no pierdan de vista las reformas que deben aplicar. El BCE lo ha hecho con cierto éxito hasta el momento con los bonos italianos -manteniendo el rendimiento de los bonos entre el 5% y el 5,6%-. El FMI añadiría su autoridad como prestamista estricto en el esquema de la compra de bonos, que el FEEF pronto heredará del BCE.

Hay aún muchas preguntas sobre la posible participación del FMI; cuánto dinero se puede gastar; cómo se estructurará el SPV para que el FMI mantenga el tradicional estatus de acreedor preferente, y bajo qué circunstancias podría comprar los bonos. El FEEF, por su parte, se verá entorpecido por la necesidad de conseguir tanto la luz verde del BCE, como la unanimidad de los miembros de la eurozona. El FMI puede que aquí tenga los ingredientes de una buena idea.

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