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Números de recesión tras tres años de recesión

Las cifras de afiliación a la Seguridad Social y el registro de desempleo de septiembre revelan un brusco ajuste de la actividad económica al finalizar el verano, y auguran un final de año muy doloroso en términos de empleo y de crecimiento. Varios indicadores adelantados ya alertaban de esta circunstancia hace meses y las posibilidades de volver a una contracción en el tercer y cuarto trimestre, son muy altas. Cuando termine 2011 España acumula cuatro años de paisaje recesivo o estancamiento, que podría prolongarse al menos un año más.

El perfil de esta crisis no resiste la comparación con el dibujado por la crisis de la década de los noventa. Si entonces el PIB se estancó en 1993, 1994 y 1995, no lo hizo con la intensidad de ahora, y sus efectos sobre el empleo no fueron tan dañinos. De hecho, sólo en el ejercicio de 1993 se produjo una destrucción muy intensa del empleo. Ahora, cuatro años después de que arrancase la crisis, nadie tiene sensación de haberla abandonado, y, lo que es peor, nadie cree que esté relativamente cercana la salida. Desde luego está más cerca la solución que hace seis meses, pero el pesimismo de los agentes económicos, desde las corporaciones hasta los consumidores, es más alto que nunca lo ha sido según la encuesta del CIS.

El propio indicador de cotizantes a la Seguridad Social, que es bastante fiable para conocer la marcha del mercado de trabajo y marcar la tendencia de medio plazo, contiene altísimas dosis de pesimismo. Si hace seis meses la curva de descensos interanuales de cotizantes se acercaba al cero, al punto que marca el fin de la destrucción de empleo y que es paso obligado y previo para la recuperación de esta variable, la más social de la economía, hoy se ha truncado tal posibilidad. Ahora acumula cuatro meses de deterioro (muy acusado en agosto y septiembre), y la tasa de pérdida de ocupación ha vuelto al 1,3%, alejándose del punto del fin del ajuste. La tendencia que marca es a un deterioro superior en los meses venideros, al menos hasta febrero.

Lógicamente si las tasas de destrucción de empleo se acercan al 2% es que la economía está en recesión o a centésimas de ella. No tiene mucho sentido discutr por una décima, que a fin de cuentas decidirá si estamos o no en periodo recesivo. Pero no hay que olvidar que España acumula ya cuatro años caminando por el estancamiento, con una pérdida de empleo muy abultada, y que durante al menos otro año se moverá en los mismos parámetros. Cinco años de pérdida agresiva de empleo desmoralizan a una generación completa de jóvenes que no ven salida a sus expectativas vitales. Tenemos casi cinco millones de problemas, y necesitamos otras tantas soluciones.

¿Soluciones?. Desde luego que hay menos que hace quince años, pero las hay. De ellas hablaremos mañana. Unas dependen de nosotros mismos, y otras de nuestros socios europeos, pero llegarán. Seguro.

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