"Estamos como en el Hollywood de los veinte"
Tras años de labor en la industria del videojuego en Gran Bretaña, volvió a España para dirigir desde aquí el departamento de International Development Services, que incluye el centro de Madrid y otros en Japón, Singapur, Alemania, Inglaterra y San Francisco.
¿Cómo coordina tres continentes?
Supone muchos viajes de avión y, cuando estoy en Madrid, despertarme a veces con la entrada en acción en Japón y acostarme cuando cierra San Francisco... Pero no voy a quejarme, siempre digo que tengo el mejor trabajo del mundo. Soy aficionado a los videojuegos desde niño y estar ahora implicado de esta forma en la industria es una ilusión permanente.
¿Cómo es dirigir un equipo tan internacional?
Muy divertido. Este perfil multicultural es parte de lo que nos hace únicos, y supone una diversidad de puntos de vista que favorece la innovación. Estoy rodeado de la gente más original e interesada por las novedades tecnológicas en el mundo... En cuanto a la gestión, mi empeño ha sido evitar que se creen nichos por nacionalidades. Aunque hay momentos, como los Mundiales, en que es difícil que todos estén contentos...
¿Tienen los profesionales españoles un nivel equiparable a sus compañeros de fuera?
Sin duda. El 30% de nuestros empleados son españoles. Pero es cierto que hay carencias en la formación aquí, ciertas habilidades poco desarrolladas, como la presentación en público, el trabajo en equipo, la gestión de proyectos... Nuestras universidades tienen muy poca proyección práctica.
¿Por qué los empresarios españoles no invierten más en este sector?
Durante demasiado tiempo no se ha entendido a los videojuegos en España. Creo que el triunfo de los "casual", usados por público de todas las edades, ha empezado a cambiar la situación. Aún no existe ninguna gran firma española, pero sí media docena de iniciativas que respeto muchísimo. Ahora mismo, el sector del videojuego es como el Hollywood de los años veinte, va a crear marcas que dominarán la escena empresarial mundial por décadas. Espero que en España se alcance la masa crítica para concitar el interés de las Administraciones y los bancos, que no sea demasiado tarde.