Los bancos ingleses tumbaron la salida a Bolsa de Loterías
La OPV de Loterías tenía problemas para cubrir la parte internacional. Los bancos ingleses, que participaban en mayoría en el proceso, situaron el valor de la compañía entre 15.000 y 16.000 millones y los coordinadores globales pedían un mínimo de 20.000 a 24.000 millones. La incertidumbre política y cierta reticencia de la banca hacia la colocación contribuyeron a la suspensión.
Sueño roto. Economía ha decidido suspender la salida a Bolsa de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) justo en el momento en que iba a comenzar a comercializarse entre los pequeños inversores e institucionales. Tras la noticia, el sentimiento del mercado se repartía ayer entre la frustración y la cordura. "Hay que mirar la parte positiva. España se puede permitir no sacar a Bolsa Loterías. En otro cualquier momento esto hubiera tenido una interpretación muy negativa", comenta un gestor. Ayer, el Ibex subió el 1,3% y la prima de riesgo permaneció estable.
La razón que ha dado el Gobierno a este "aplazamiento" es que no se daban las condiciones adecuadas para garantizar "unos ingresos que reflejen el valor de Loterías más de 20.000 millones". La privatización del 30% de la compañía tenía como objetivo la recaudación de más de 7.000 millones que irían destinados a reducir deuda.
El principal conflicto ha venido precisamente por la parte del precio. "El interés nacional era alto. Podían haber sacado la OPV", señalan fuentes conocedoras de la operación. Pero la oferta internacional parece que no se hubiera cubierto. "En el sindicato, había un gran número de bancos ingleses y dieron un precio a Loterías de entre 15.000 y 16.000 millones de euros que era el que salía frente a sus comparables, como Lottomatica", dicen. "Los coordinadores estaban vendiendo una entidad con fuerte rentabilidad por dividendo y generador de caja", añaden.
El valor que pretendían los fondos ingleses dista mucho del calculado por los coordinadores globales: JP Morgan, Goldman Sachs, UBS, Credit Suisse, Santander y BBVA. La banda más baja se situaba entre los 20.000 y 24.000 millones, y la más alta llegaba hasta los 30.000 millones. "Algunos cálculos eran irrisorios. Habían utilizado criterios no válidos, como comparar Loterías con la empresa de casinos Las Vegas", explica Alberto Roldán, de Inverseguros. Y no solo la disputa ha venido de parte del precio. "Hay un claro componente político. No es lógico que un Gobierno que no tiene apoyo popular ni de la oposición se empeñe en hacer esta operación, máxime a un mes de las elecciones", añade.
En este sentido, un analista explica que el PP estaba preparado para utilizar la privatización para su campaña electoral. "Tras el registro del folleto iban a anunciar un cambio en la ley del juego si ganaban las elecciones". Este era uno de los principales riesgos que contemplaban los potenciales inversores.
La guerra por la captación de pasivo ha jugado también en contra de la OPV. Algunos expertos apuntan la desidia que existía entre algunas entidades del sindicato, más interesadas en colocar depósitos entre los particulares que acciones de Loterías. La mayor parte de la oferta, el 60% se iba a destinar al minorista, y el 40% al institucional.
No salir al mercado tiene también un coste
Interrumpir un proceso de salida a Bolsa tiene doble coste: moral y económico. Con respecto al primero, el Gobierno ha mostrado su satisfacción por no ceder a la presión de los inversores. Pero se queda con la negativa experiencia de no haber conseguido su objetivo.Por el lado de coste, Loterías ha tenido que desembolsar una partida importante para publicidad. La salida a Bolsa se ha anunciado en televisión, internet, transporte, diarios... Inicialmente se habían presupuestado 14 millones. La primera fase se ha completado, y la segunda comenzaba tras el registro del folleto.También está la parte que se llevarán los bancos que han participado en todo el proceso de preparación y en la etapa premarketing. En este sentido, hay que destacar que la empresa llega a acuerdos diferentes con las entidades, ya que no todas asumen el mismo riesgo. El tramo en el que participen influye igualmente en las comisiones.No obstante, la parte más cuantiosa de la remuneración a los bancos se produce al término de la colocación, y dependiendo del éxito de la misma. La vicepresidenta de Economía Elena Salgado dijo ayer que se tomó la decisión de aplazar la OPV, cuando todavía "no se había empezado a incurrir en costes".Itínere dio marcha atrás a su salida a Bolsa dos días antes del estreno. El coste de la operación se acercaba a los 30 millones.