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Vivir sin Gobierno, vivir sin Presupuesto

Ya sospechábamos que cuando Zapatero abrió en julio una campaña electoral de cuatro meses se disponía a pasar negligentemente a la reserva, dejando al albur de terceros buena parte de sus responsabilidades, aunque no ha abandonado la generación de bandazos y parches para malgestionar la economía. Bajo la supuesta libertad de movimientos para que el nuevo Gobierno elabore el Presupuestro de 2012, se niega a prorrogar el actual porque supondría consolidar los recortes sociales que aplicó desde 2010.

Una situación similar se produjo ya en 1995, cuando Convergencia i Uniò, socio parlamentario del PSOE entonces, convirtió en papel mojado el Proyecto de Presupuestos elaborado para 1996 por Pedro Solbes, y que fue corregido por un decreto de prórroga de las cuentas antes de finalizar el ejercicio, aunque la convocatoria electoral se retrasó hasta la primavera de 1996. Es responsabilidad del Gobierno gobernar, y, por tanto, dejar en marcha un Presupuesto de ingresos y pagos, que seguro que está hecho en el cajón de Salgado, aunque tenga que ser corregido unos meses después por la política fiscal que adopte el gobierno que salga de las urnas, y pese a que tampoco dispondrá de más margen fiscal que el que está comprometido ante Bruselas y ante los mercados financieros.

En todo caso, no es lo mismo llegar a un déficit del 4,5% por un camino que por otro: hay dos maneras bien diferentes de incrementar los ingresos y dos maneras bien diferentes de recortar los gastos. Pero en la situación financiera en la que está España, es obligado tener un Presupuesto, aunque una prórroga suponga consolidar la rebaja de los sueldos públicos y congelar las cuantías de las pensiones. De hecho, podría ser necesario hacerlo aún en un Presupuesto nuevo si se quiere llegar al objetivo fiscal, pues en un año hay que reducir el déficit en casi 40.000 millones de euros, proque cada vez menos gente informada se cree que este año se llegue al 6% de déficit. Todo indica que estará más cerca del 8%. Pero este asunto lo hablamos otro día.

Estar en periodo electoral y haber sido desahuciado por el electorado no justifica el desprendimiento con sus obligaciones del presidente del Gobierno. Los mercados financieros, esos supuestos entes abstractos que deben financiar la actividad en España como antes han financiado la huida hacia adelante de la etapa de vacas gordas, están encima de nosostros, y no parece que estén dispuestos a pasar ni una sola frivolidad financiera más.

Pero si el señor Zapatero ha decidido que no haya Presupuesto, pues no hay Presupuesto. Si podemos vivir sin Gobierno, o con un Gobierno durmiente, podremos vivir sin Presupuestos.

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