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Columna
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Por fin liderazgo europeo

Del caos aparente puede estar surgiendo un orden. En las últimas semanas, las autoridades alemanas vienen pareciendo más positivas al reflexionar sobre posibles soluciones a largo plazo para la crisis de la unión monetaria. Por ahora, Berlín sigue insistiendo en que los periféricos endeudados realicen una vuelta fiscal. Sobre el futuro, Merkel y otros insinúan claramente que están abiertos a discutir y que no hay tabúes. Los socios de Alemania deberían hacer todo lo posible para apoyar esta nueva y refrescante actitud.

En la víspera de la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona, Angela Merkel reiteró su oposición a los llamados eurobonos, a menudo presentada como la panacea para todos los problemas. Pero escuchando con atención, el tono de Berlín ha cambiado claramente. De manera significativa, los funcionarios del Gobierno alemán hablan ahora de poscrisis.

Los objetivos a corto plazo de Alemania están claros -aislar el caso griego por cualquier medio y apoyar a Atenas al menos hasta que sea posible algún tipo de default ordenado-. Desde el punto de vista de Merkel, no debería ser hasta 2013, cuando el fondo de rescate permanente de la eurozona esté funcionando. Pero si una nueva recesión amenazase, la canciller debería admitir que en Grecia, como en cualquier parte, el crecimiento es también esencial. Si Alemania quiere confirmar las esperanzas iniciales de que está preparada para liderar Europa, tendrá que estar de acuerdo con relajar algo la austeridad en la periferia, o consentir algún estímulo en casa.

Por Pierre Briançon

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