Vaya semanita
Por fin terminamos una semana de locos que se salda con subidas, aunque ya estábamos preparados para eso al saber desde hace tiempo que era semana de vencimiento trimestral de derivados.
Lo cierto es que ha sido de las pocas veces en donde los tiempos se han cogido bastante bien si miramos cómo estaban colocadas las piezas encima del tablero: una bajada muy fuerte nada más comenzar la semana que, encima, nos hace perder los mínimos de agosto y despierta pavor en los mercados. De fondo, la desUE, que en su propia organización tiene la razón de su ineficacia y, como los mercados sólo quieren ver rapidez, se ponen nerviosos día a día.
En cuanto aparecieron los comentarios sucesivos e insistentes acerca de los eurobonos, apareció la señal. En ese momento todo el mundo lo vio claro que la situación apretaba y que cada día podrían ser incluso más reales. Recuerden que ya aparecían datos técnicos de estos bonos por las mesas de trading, cosa que acabó de sugestionar al mercado con más optimismo.
Bancos y aseguradoras, que fueron los más perjudicados, acabaron tomando las riendas del mercado y se lo llevaron en volandas junto con el súper sector de automoción y recambios aprovechando las buenas noticias y declaraciones que salían del salón del automóvil de Francfort.
Hemos tenido sustos para todos los gustos: desde retrasos en las votaciones de las modificaciones del EFSF hasta el caso de un trader loco en UBS que puede llevarse por delante todos los beneficios de la compañía este trimestre.
Después de todo, ni el futuro del Ibex 35 ni el del Eurostoxx 50 han podido pasar sus resistencias, la directriz bajista desde los máximos del día 22 julio en el caso del español, y los máximos del día ocho de este mes en el caso europeo.
Todo esto nos deja en una situación difícil si añadimos a lo anterior la incertidumbre de lo que pueda salir de la reunión en Polonia de los ministros de economía de la Unión Europea junto con el secretario del tesoro norteamericano. También no hay que perder de vista que es semana post vencimiento y eso siempre nos añade un plus de debilidad y que también es una semana que históricamente no se le da muy bien a los mercados, por lo que si hay malas noticias, puede ser muy complicado.
Pero nos falta un factor, que son los datos macro, y que los positivos han brillado por su ausencia en toda esta semana. Hoy hemos tenido uno en el que hemos tenido que hilar muy fino, ya que la cifra general ha salido mejor de lo esperado pero rascando dentro, hemos encontrado una partida que ha hecho bastante daño al mercado. El dato concreto es el de confianza del consumidor elaborado por la Universidad de Michigan y que en su lectura preliminar ha dejado la cifra de expectativas por debajo de la del mes de agosto, siendo la de condiciones actuales y cifra general mejores de lo esperado. Esto no ha gustado, es normal, sobre todo porque se ve miedo a lo que pueda pasar en Europa y lo que pueda afectar al resto del mundo. Esto es muy preocupante porque si la sensación de inseguridad en el futuro aumenta, el consumidor puede retraerse y acabar arrastrando la economía a una segunda recesión.
De cualquier manera, en el fondo, muy en el fondo, todo el mundo piensa que esto se va a solucionar, aunque la lógica no vaya precisamente por ese camino, ya que todos esperamos que alguien se saque un conejo de la chistera en forma de responsabilidad y los políticos hagan lo que tenga que hacer para salvar este bonito sueño que es la Unión Europea.