Ir al contenido
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Especular en Asia

Una estampida hacia la seguridad ha provocado la caída de muchas divisas asiáticas y un incremento del coste de asegurar su deuda. El repliegue dice menos sobre la salud financiera de la región que en Europa. Es un recordatorio de que los capitales especulativos son más peligrosos cuando se retiran que cuando llegan a raudales.

Por ejemplo, Corea del Sur. Durante meses, las autoridades en Seúl trataron de enfriar la moda entre los inversores de pedir prestado dólares baratos fuera y comprar activos en won. Estos especuladores apuestan por que la caída del dólar y el aumento de la inflación obliguen al banco central a elevar los tipos de interés. Los bancos surcoreanos retiraron 13.800 dólares de préstamos a corto plazo del exterior en el primer trimestre. Eso ayudó a impulsar al won coreano hasta el 9% en agosto. Indonesia ha sido otro destino popular para el dinero caliente este año. A mediados de agosto, los inversores extranjeros habían comprado 1.230 millones en acciones y adquirido un 30% de bonos. Lo que ayudó a que los rendimientos llegaran a su menor nivel en más de cinco años y la moneda al mayor desde 2004. El problema es que gran parte de ese dinero caliente vino de Europa a Asia, que parecía relativamente menos arriesgada. Como resultado, los préstamos europeos a Asia aumentaron por encima de los 900.000 millones de dólares. Eso está muy por encima de su máximo precrisis. Ahora, la capacidad de los inversores europeos de extender crédito se reduce rápidamente. Y tanto si recogen el dinero como si no, otros inversores lo hacen por anticipado. Los resultados han sido dramáticos: una pérdida del 2% de la rupia indonesia en solo cuatro días.

La carrera de salidas podría crear una escasez temporal de dólares en los mercados locales. Hubo señales de ello en Yakarta esta semana, donde los rendimientos de los bonos a diez años se dispararon del 6,5% al 7,2%. Otros mercados de bonos asiáticos han estado hasta ahora en un oasis de calma. Pero si la alarma en Europa crece, Asia tendrá nuevas razones para maldecir al dinero caliente.

Archivado En

_
_