Senderismo con recompensa en Las Caldas
Los amantes de las rutas duras, con recios desniveles y distancias inalcanzables pueden abstenerse. El camino que discurre entre Oviedo y la histórica localidad de Las Caldas invita más a la relajación que al deporte, sobre todo cuando al final del camino espera un spa.
Nada más entrar en el Parque de Invierno de Oviedo un cartel a mano derecha indica el camino. Una senda asfaltada se abre paso sobre una antigua vía ferroviaria para acercar al caminante a la histórica (y cinematográfica) localidad de Las Caldas, famosa por su balneario y sus aguas termales.
Son algo más de ocho kilómetros sin ningún tipo de dificultad, perfectos para caminantes, ciclistas o patinadores niños y adultos. El primer tramo discurre pegado a la autopista, pero una pared de bosque autóctono sirve de aislamiento.
Pronto se deja atrás la civilización y el Oviedo rural y los árboles ya solo tapan las montañas de una ruta que tiene dos momentos cumbre: el viaducto sobre el impresionante río Nalón y la vista del castillo de Priorio, ya en Las Caldas.
Tras dejar a mano izquierda este conjunto monumental, se llega a la plaza central de Las Caldas, dominada por el balneario construido en 1776 y recién rehabilitado. Desgraciadamente, solo quien se hospede en el hotel puede acceder a las aguas termales, pero el circuido por piscinas, jacuzzis, baños turcos y saunas del spa está abierto a todos los visitantes.
Y una vez relajados, la posibilidad de regresar caminando a Oviedo está al alcance de un par de horas de caminata, pero quien quiera poner fin a la jornada con el circuito por el spa tiene una parada de autobús a la puerta del balneario.