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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El mercado de la vivienda, sin suelo

La caída del precio de la vivienda en España sigue sin encontrar suelo. En una evolución paralela al recrudecimiento de la crisis de la deuda, y a todas sus negativas consecuencias para la economía, el tamaño del escalón de bajadas del precio de las casas ha pasado desde el ya importante 3%-4% hasta casi duplicar ese porcentaje. En esa línea, la tasadora Tinsa calcula que en agosto la vivienda nueva se abarató casi el 7% de promedio anual, a un ritmo casi dos puntos y medio más acelerado que en la pasada primavera, antes del recrudecimiento de la crisis de la deuda. Con este panorama, las decisiones de compra de los ciudadanos se mueven entre el miedo y la desconfianza, por un lado, y entre la falta de crédito y las altísimas tasas de paro, por otro. Cuatro losas que dibujan el marco más indeseable para la recuperación del mercado.

Mientras los expertos consideran que, lejos de ser una estrategia para reactivar la demanda, las rebajas de precios se deben al miedo a la crisis, parecen ya convencidos de que en ciertas zonas habrá que esperar mucho tiempo para que se vuelva a vender de nuevo una vivienda. No obstante, el mercado sigue dando lógicas muestras de heterogeneidad, y así en las coronas metropolitanas y en la costa mediterránea la cuesta abajo de los precios es menos pronunciada. Es más, ya existen ciertas zonas urbanas en las que las grúas han vuelto a funcionar en nuevas promociones para satisfacer cierta demanda muy localizada.

Desde que en 2007 alcanzaron su cota más alta, hasta hoy, el descenso acumulado de los precios de las casas es del 23,5%. Una evolución que corre pareja a la crisis económica, de la que es un reflejo nítido en España por la extraordinaria exposición de nuestra economía a la construcción residencial. Y también una sangría que no ha servido para reanimar el mercado, sino para acrecentar los problemas de los promotores y, por extensión, trasladarlos a buena parte del sector financiero.

Las medidas a la desesperada, como la rebaja a la mitad del IVA por compra de vivienda -hasta el 4%- aprobada por el Gobierno con carácter urgente, no servirán para dar salida a ese descomunal stock de 700.000 viviendas nuevas pendientes de comprador y reactivar el mercado. Porque probablemente eso solo se va a conseguir con la vuelta de la confianza en forma de crecimiento económico y disminución del paro. Sin embargo, lo que sí es seguro es que las enormes discrepancias en este campo entre los dos principales partidos no ayudan para nada a la normalización del sector. A menos de 10 semanas de las elecciones, PSOE y PP siguen tirando cada uno de un lado de la cuerda, especialmente en lo que se refiere a la deducción fiscal, que el primero eliminó y el segundo quiere restablecer. Y eso genera más incertidumbre para el sector y mayor desánimo en los compradores, justo lo que menos falta hace.

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