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Wolfgang Schäuble

Un europeísta de la vieja escuela

La historia le ha reservado un lugar destacado. Considerado el sucesor natural del canciller Helmut Kohl, el ministro de Finanzas alemán juega un papel clave en la crisis económica de Europa

Un europeísta de la vieja escuela
Un europeísta de la vieja escuelaCINCO DÍAS

Pudo ser canciller de Alemania. Wolfgang Schäuble era en los años noventa uno de los políticos más populares de su país. La opinión pública le señalaba como sucesor de Helmut Kohl. Formaban una sólida alianza política. Kohl fue el político consumado, a menudo desconfiado; Schäuble, el estratega solitario, cerebral. Por encima de todo, leal a la persona que llevó el timón del país entre 1982 y 1998 -a partir de 1990 de la Alemania unida-. La lealtad fue su perdición. Kohl no acababa de dejar el poder, perdió las elecciones y su sucesor natural, nuevo líder de la CDU (Unión Demócrata Cristiana), se vio envuelto en un escándalo de corrupción. Merkel ganó la batalla. La secretaria general del partido no tuvo piedad con ninguno de los dos y asumió las riendas de la CDU. La actual canciller frustró sus aspiraciones, pero Schäuble es un halcón. El ministro de más edad (el próximo 18 de septiembre cumplirá 69 años) y el parlamentario con más años de servicio.

Schäuble lo ha sido todo en política. En 2005, Angela Merkel le devolvió a la vida pública con la cartera de Interior. En 2009, le dio el trabajo más difícil en un Gobierno de coalición con los liberales: el Ministerio de Finanzas. La relación Merkel-Schäuble ha sido definida como de "paz armada". El jefe del Tesoro lo deja en una relación "de mutua confianza". Desde su despacho, en el monumental edificio berlinés que en 1935 albergara el Ministerio de Aviación de Hermann Goering, Schäuble juega un papel determinante en el debate de la crisis económica europea.

En 1990, siendo ministro de Interior, un perturbado mental le disparó, dejándole parapléjico y confinado a una silla de ruedas para el resto de su vida, batallando con la salud, deteriorada a partir de entonces. Si el ministro ingresa en el hospital, se disparan los rumores sobre su salud. Schäuble, por su parte, aprovecha la convalecencia hospitalaria para lanzar sus ideas sobre el futuro de la eurozona. Fuerte y resuelto. Dos rasgos del carácter del veterano político.

En 1987 se encargó de la primera visita de Estado del presidente de la República Democrática Alemana, Erich Honecker

El pasado miércoles el Tribunal Constitucional alemán validó las aportaciones alemanas al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Un día después, el ministro de Finanzas defendía en el Parlamento la necesidad de su ampliación como mecanismo necesario para garantizar la estabilidad de la moneda única, ante el escepticismo de parte de sus propias filas parlamentarias. Schäuble defiende la Alemania solidaria, a cambio de que Grecia cumpla con el ajuste presupuestario exigido.

Es un europeísta convencido, defensor del legado de Helmut Kohl. Un alumno de la escuela de la vieja Europa. Su defensa del euro ha sido reconocida internacionalmente. En 2010, Financial Times le catalogó como el principal ministro de Finanzas de la Unión Europea por su postura sobre la divisa europea y su rápida acción en adoptar medidas para sostener la recuperación económica alemana.

La vida y carrera de Wolfgang Schäuble abarca algunos de los momentos clave de historia. Nació en Friburgo, en la Selva Negra, en mitad de la Segunda Guerra Mundial. Hijo de un asesor fiscal en una fábrica textil, se educó en los valores de la fe evangélica, para él muy importantes a lo largo de su vida. De igual manera, agradece una formación en los prudentes años cincuenta, frente a los exaltados sesenta, periodo que mira con disgusto y recelo. Estudió Derecho y Económicas en las Universidades de Friburgo y Hamburgo y ejerció la abogacía, como sus dos hermanos.

Pero para entonces, ya había dado rienda suelta a sus ambiciones políticas. En la universidad, se unió a la Junge Union, la división juvenil de la CDU, y fue presidente de la Asociación de Estudiantes Demócratas Cristianos. En 1965 ingresó en la Unión Demócrata Cristiana y en 1971 obtuvo su primer escaño en el Parlamento. El despegue de su carrera comenzó en 1984, cuando Kohl le nombró ministro para Asuntos Especiales. En el puesto, se encargó de la primera visita de Estado del presidente de la República Democrática, Erich Honecker, en 1987.

El muro cayó y Schäuble tuvo la titánica tarea de liderar las negociaciones para la reunificación del país. En un decisivo discurso en el Parlamento en 1991, persuadió a la mayoría para trasladar la capital desde Bonn a Berlín.

La experiencia afianzó los lazos con Kohl. Como su ministro del Interior se ganó fama de duro. Con su liderazgo al alza, ocurrió el atentado que le cambió la vida. Sus próximos han reconocido que se volvió más tolerante y reforzó los lazos con su mujer, Ingeborg, y sus cuatro hijos -tres mujeres y un varón-.

Tras la marcha de Kohl, se convirtió en líder de la CDU, sin embargo, a los pocos meses se vio envuelto en un escándalo de donaciones ilegales. Admitió en televisión haber cobrado 52.000 dólares de un traficante de armas. Insistió en que no había quebrado la ley y devuelto el dinero a las arcas del partido, pero su reputación ya estaba manchada. Fue su primer revés político.

El veterano político sabe que el Ministerio de Finanzas puede ser la última prueba de su carrera política y quiere pasar el examen con una nota digna.

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