El 'plan Obama' gusta en España
No todos los días se oye anunciar al presidente de Estados Unidos que quiere poner en marcha un plan de choque para reactivar el empleo (y estimular la demanda) de 325.000 millones de euros. En una época marcada por los rescates a los bancos, lanza la idea de un plan de rescate del empleo, a base principalmente de incentivos fiscales y de obra pública. "El propósito es simple: poner más gente a trabajar y más dinero en el bolsillo de los que estén trabajando", dijo Obama el jueves por la noche.
Por lo pronto, la idea ha sido bendecida por el FMI de Lagarde, y la burocracia europea empieza a discutir de manera informal si se podría exportar. Será muy difícil que las intenciones del presidente de EE UU lleguen a hacerse realidad. La mayoría republicana de la Cámara de Representantes se ocupará a buen seguro de tumbar la iniciativa. Pero, independientemente del desenlace del proceso, la idea ya se ha enunciado. Y ha empezado a circular.
Al margen de su efecto en la coyuntura laboral americana, el aumento del ya de por sí enorme esfuerzo inversor en infraestructuras del país agrada, y mucho, a los grandes grupos constructores españoles, presentes desde hace años en Norteamérica. El sector, más internacionalizado que nunca ante la contracción de la demanda interna y la convicción de disminuir la dependencia de Europa, persigue (y consigue) importantes contratos en el país. Según datos de la patronal Seopan, EE UU y Canadá acaparan el 17,5% de la actividad del sector. Asimismo, el 27% de los pedidos de obra pública de 2010 fueron firmados en esos dos países.
Y es que los contratos abundan en América. Un botón de algunos de los que se negocian actualmente: Ferrovial pugna por hacerse con una autopista en Virginia valorada en 1.400 millones; la misma compañía, ACS y OHL se postulan como adjudicatarias de una concesión de proporciones similares en Georgia; FCC toma posiciones en el floreciente sector solar estadounidense; 19 firmas españolas persiguen los 43.000 millones en que se valora el AVE de California...
Si a ello añadimos la fuerte presencia en EE UU de las multinacionales energéticas españolas, como Repsol e Iberdrola, y la firme apuesta del país por las renovables, donde Abengoa juega un papel privilegiado, el anuncio del plan Obama tiene que haber sentado como un canto celestial en las sedes de muchas empresas del Ibex 35.
El mensaje de Obama al exterior es claro: lejos de recortar inversiones, EE UU se plantea aumentarlas. Sean bienvenidas.