¿Y después de agosto qué?
Verano movido el que hemos tenido, con un mes de agosto que se recordará por méritos propios como uno de los más bajistas y volátiles de la historia.
Ya en el cierre de julio, con la ruptura de los mínimos de los meses anteriores en índices como nuestro Ibex o en el Eurostoxx, las bolsas nos avisaban de que un cambio de fondo podía estar en camino, pero creo que pocos esperaban caídas de esta magnitud.
En los análisis semanales anteriores a las vacaciones de Santander o Telefónica ya avisaba que había divergencias muy fuertes en semanas e incluso meses que podían traer problemas si se perdían soportes. En un mercado como el actual, la pérdida de soportes llevó a un sell-off de una violencia que no se veía desde el 2008.
En medio de este panorama, salían los políticos de diversos países a "tomar medidas" en plenas vacaciones. Una de ellas, la prohibición de cortos en valores financieros, pero con una vuelta de tuerca más, como es la prohibición de ventas de futuros al incluir en ellos los valores mencionados. La gravedad de una medida como ésta lo único que ha conseguido por el momento es reducir la liquidez en los mercados, con lo que será una medida inútil que incluso perjudicará a los mismos en el futuro si vuelve a haber caídas fuertes.
Si bien se puede entender el que se proteja un sector duramente atacado por los hedge funds como el financiero, lo de los futuros es absurdo al ser un mercado de suma cero. Cuando alguien vende es porque otro compra, de manera que las ventas de hoy son compras de mañana que querrán cerrar sus posiciones para hacer el beneficio. Si quitamos en un mercado bajista las compras de los especuladores cortos ¿quién nos queda para comprar?, porque los fondos que están vendiendo cartera (que no poniéndose cortos) no van a vender hoy para recomprar mañana, esos fondos lo hacen por la inestabilidad y la falta de confianza en el mercado y tardarán meses en volver. Por tanto, no creo que medidas de ese tipo vayan a aumentar la confianza en los mercados sino más bien todo lo contrario al incrementar la sensación de los que mueven el dinero de que las reglas se cambian sobre la marcha según lo nerviosos que se pongan los políticos.
Pero volviendo al título del artículo, ¿qué podemos esperar para los próximos meses?. Pues lo normal sería que tras una caída de la dureza de ésta, si bien puede quedar algún susto a la baja, en las próximas semanas veamos algún rebote fuerte como el experimentado en el final de mes, pero los soportes perdidos son importantes y basta con mirar un gráfico mensual y ver la vela dejada en agosto para ver que esas velas solo aparecen en tendencias bajistas. Por tanto prudencia, porque creo que los problemas con la deuda volverán tarde o temprano y veremos nuevos episodios de tensión antes de ver un suelo sólido.
Antes de terminar quiero destacar algunas cosas más que me han llamado la atención en este mes. La primera la debilidad de las bolsas europeas frente a las americanas. Mientras estas últimas han recuperado más del 50% de la caída el Eurostoxx, el Dax o el Ibex no han llegado ni al 38%. Otra cosa a destacar ha sido la debilidad del Dax, que ha sido el peor índice, por debajo incluso de los periféricos, teóricamente más afectados por la crisis. Puede ser que la prohibición de cortos en otros futuros haya afectado a este índice al no estar sujeto a esas prohibiciones, pero no deja de ser preocupante que la economía más fuerte de Europa sea la más atacada en su índice.
Otro detalle a destacar fue la reacción de los operadores ante el rumor de que se iban a prohibir los cortos en el Dax, con una caída en vertical para ponerse cortos antes de la teórica prohibición. Me parece una reacción significativa del fondo del mercado y que nos debe llevar a la prudencia cuando haya rebotes porque cuando una tendencia se inicia suele durar meses.