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En todas sus marcas entre 25 y 30 céntimos

Philip Morris sube precios para atajar una eventual alza fiscal

La guerra de precios entre los actores del mercado de tabaco puede mutar a una guerrilla defensiva ante un posible ataque fiscal. El gigante estadounidense, Philip Morris, aseguró ayer que subirá los precios de todas sus marcas entre 25 y 30 céntimos. El cambio de tarifas entrará en vigor previsiblemente hoy con su publicación en BOE.

La cajetilla de Marlboro se encarecerá 25 céntimos y superará los 4,25 euros, mientras que Chesterfield subirá 30 céntimos, de 3,65 a 3,95 euros. Por su parte, L&M costará también 25 céntimos más, hasta los 3,75 euros. La tabaquera busca con esta decisión mejorar la recaudación vía impuestos especiales y anticiparse a un eventual incremento fiscal. La tributación del tabaco es un sistema complejo que aglutina hasta tres impuestos. Además, la presión fiscal sobre el tabaco se impone en mayor proporción sobre el precio de venta que sobre la cantidad de tabaco.

Este movimiento devuelve los precios de las cajetillas Philip Morris a los niveles anteriores a la guerra comercial que libran las grandes tabaqueras desde mediados de mayo. A mediados de julio, BAT rompió la tregua declarada semanas antes al subir diez céntimos el precio de sus marcas de nivel medio. A principios de verano, las tabacaleras habían firmado la paz con sus últimos movimientos. Altadis decidió incrementar entre 20 y 30 céntimos los precios de sus principales marcas, como Fortuna, Nobel y Ducados, con el propósito de contribuir a poner fin a la llamada guerra de precios. Y posteriormente, Philip Morris 'recogió el guante' y aumentó el 8 de julio entre 15 y 25 céntimos los precios de marcas como Marlboro, Chesterfield y L&M. JTI se incorporó también a la tregua subiendo Camel y Winston.

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