"No saldremos tan rápido de la crisis como nos hacen creer"
Además del concurso Allá tú, estrenó este verano otro programa en Cuatro, Uno para ganar, y recién terminó de recorrer África para la edición de Pekín Express que se emitirá en otoño
Este joven veterano lleva más de una década entre los personajes más queridos de la televisión en España, pero no por ello ha perdido el contacto con la realidad y mantiene una actitud de interés y participación en cuanto le rodea.
¿Cómo está viviendo la televisión estos tiempos turbulentos?
Para nosotros, se ha sumado a la crisis general toda la revolución que supuso el apagón analógico, la desaparición de la publicidad en la pública y la aparición de las nuevas cadenas, que han cambiado el panorama. Tanta competencia ha llevado a abaratar costes, y todo el mundo ha tenido que bajar precios. La buena noticia es que la tele sigue siendo la opción de entretenimiento favorita para mucha gente. A la larga, creo que esta época convulsa dejará un panorama mejor.
"Los dos meses en África rodando 'Pekín Express' han sido los más agotadores e interesantes de mi vida"
¿Qué quedará entonces?
Un panorama similar al de Estados Unidos, con unas pocas cadenas generalistas y abundancia de canales especializados para públicos concretos. Ya lo vemos en España: esas cadenas, sumadas, tienen más audiencia que cualquier generalista. Es un acierto que Cuatro , por ejemplo, se haya especializado ya claramente en un público joven, urbano, que busca otra clase de contenidos.
¿Han caído sus ingresos?
Solo en relación con publicidad, patrocinios y demás. Está claro que las empresas tienen menos dinero para este tipo de gastos.
¿Hay más o menos presión por la audiencia?
Quizá me estoy haciendo mayor, o quizá llevo muchos años y ya tengo callo, pero yo me siento bastante más relajado al respecto. Creo que los programadores han asumido que, en el escenario actual, es inevitable un porcentaje de fracasos. Y que si algo no funciona no es un desastre, no supone arruinar la carrera de los implicados. Personalmente, ya he interiorizado que en la vida hay bastantes más cosas que mirar una cifra de audiencia cada mañana.
Pero sí habrá visto a gente de la profesión pasar grandes apuros...
Desde luego. Soy muy consciente de que mi situación es privilegiada. He visto a bastantes compañeros, de distintas actividades en la tele, tener que cambiar de profesión o no encontrar trabajo. Situaciones muy duras... Lo peor es que creo que todavía queda tiempo así, no saldremos tan rápido de la crisis como quieren hacernos creer, sobre todo los que ahora quieren transmitir la idea de que todo se arreglará en cuanto ellos se pongan al mando.
¿Qué proyectos suyos veremos próximamente?
Este verano seguirá, espero, el concurso Uno para ganar, que ha sido un formato de éxito en veinte países y me parece muy fresco, por la necesidad de que los concursantes colaboren para conseguir el premio final. En junio terminamos de rodar el Pekín Express de este año, que fue recorriendo África. No puedo dar detalles, puesto que hay que montarlo y se emitirá desde septiembre, pero personalmente han sido dos meses entre los más interesantes y agotadores de mi vida.
Cumplido casi un año en Cuatro, ¿cuál es su balance?
No diré que no si me ofrecen volver a algún programa concreto en Telecinco, como por ejemplo OT por el que siento un gran cariño, pero necesitaba hacer este tipo de programas. Salir con cámaras, hacer cosas en calle. Estoy disfrutando mucho la oportunidad.
¿Mantiene su actividad en hostelería? ¿En qué negocios invierte?
No, dejé el restaurante, es un tipo de negocio en el que creo que hay que ser cocinero directamente para triunfar. Mi marido es el que me lleva todo el tema de inversiones, tengo suerte, pero es todo muy casero, muy poco espectacular
Derechos "Los avances para los gays son irreversibles"
Protagonista de una de las primeras bodas de una pareja del mismo sexo en España, Vázquez nunca ha ocultado sus posicionamientos políticos y sociales.¿Qué medidas echa de menos para enderezar la situación económica?Creo que desde el principio se ha asumido como único camino correcto el de ahogar a los ciudadanos. Mientras, es escandaloso que los culpables de la situación mantengan sus privilegios sin que nada cambie: no se ha ajustado el sistema financiero, no se acabó con los paraísos fiscales... Las protestas que hemos empezado a vivir irán a más. Además, el paro tardará mucho en decrecer, porque hay una capa de la población que no sabe hacer otra cosa que trabajar en la construcción. Y los mismos que cebaron esa bomba que explotó ahora son los que se supone que van a arreglarlo... Tardaremos años en desarrollar otros sectores, habría que invertir más en tecnología e investigación, pero será difícil aguantar en esta situación.¿Siente también, en su condición de imagen del movimiento gay, que la situación social también está virando al conservadurismo?Desde luego la economía marca en todos los sentidos un cambio de tendencia. En épocas de vacas flacas, la gente está dispuesta hasta a renunciar a sus derechos. El miedo nos hace conservadores, es inevitable, y se está aprovechando sobre todo para reverdecer discursos xenófobos. Por fortuna, creo que los avances conseguidos en el terreno de derechos para los homosexuales son irreversibles, e incluso en los ámbitos conservadores la homofobia ya está mal vista, aunque luego haya lo que haya dentro de algunas cabezas. Lo que se mantiene, como en el caso de las mujeres y otras minorías, es el techo de cristal que impide alcanzar ciertos puestos.