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Carlos Martínez. Director general de IMF Formación

"Hace falta más agilidad en la formación al desempleado"

Con 1,6 millones de jóvenes parados, el mercado español urge de profesionales con una formación acoplada a la demanda. Martínez cree que los cursos que ofertan las comunidades autónomas están obsoletos

"Hace falta más agilidad en la formación al desempleado"
"Hace falta más agilidad en la formación al desempleado"PABLO MORENO

Se considera" emprendedor". Ahora tiene 38 años, pero con diez menos, fundó IMF Formación, una compañía que el año pasado facturó 7,9 millones de euros y cuenta con ocho sedes en España, una en Portugal y próximamente otra en México. Especializada en riesgos laborales, actualmente ofrece varios másteres oficiales con la Universidad San Pablo CEU, además de formación subvencionada. Critica que esta no sea demasiado ágil para acoplarse mejor al mercado.

¿Cuál cree que es el problema del mercado laboral español?

La falta de adecuación entre la oferta y demanda. Hay puestos de trabajo que no tienen profesionales para cubrirlos aunque parezca increíble. Existen muchos licenciados, gente sin formación, y, en cambio, pocos mandos intermedios de FP. Hay poca adecuación entre lo que el mercado quiere y lo que sale de las universidades. Ahora es cuando se está haciendo un esfuerzo importante para que la Formación Profesional arranque.

"Aquí al emprendedor se le ayuda poco"

¿Por qué existe tanto desfase entre los cursos para parados y la oferta laboral?

A las comunidades autónomas, que ya tienen transferidas estas competencias, les falta acoplarse a la demanda real del mercado. La oferta de este año sigue teniendo cursos de escayolistas, pero ninguno de community manager o perfiles relacionados con las energías renovables. Hace falta más agilidad en formación al desempleado. Los Gobiernos regionales realizan estudios todos los años para atender las necesidades del mercado y, en base a eso, se lanzan las ofertas formativas, pero eso no quita que muchas veces no sean tan rápidas como deberían. Aunque los Gobiernos regionales han cumplido un papel fundamental en la reorientación de trabajadores, sobre todo, de la construcción a la dependencia.

¿Se han reforzado los controles en su sector tras el caos del Imefe?

Desde hace cinco años y gracias a esas irregularidades, hay un control bastante férreo del Ministerio del Trabajo, sindicatos y patronales para evitar aquellos fraudes donde la gente firmaba y no recibía el curso. Actualmente, ese tipo de cosas se ha erradicado. Nuestro alumno recibe tres llamadas distintas al matricularse -una de UGT, otra de la Fundación Tripartita y otra de un auditor interno- para verificar que ese alumno se matriculó y lo está cursando.

La crisis, sin embargo, ha vuelto a tentar con situaciones delicadas...

La crisis ha pasado factura incluso a las empresas de formación. Algunas tienen que recurrir a un tipo de artimañas, como cobrar el doble por un título a cambio de no tener que cursarlo, pero eso es una carrera a corto plazo y nunca será nuestro caso.

¿Por qué siguen reacias las pymes a ofrecer formación?

Es un tema de desconocimiento. No tanto un problema de disponibilidad del trabajador como de falta de información. Si pensamos en un pequeño comercio, podemos entender que con las nuevas tecnologías el empleado puede hacer un curso online cuando nadie entre en la tienda. También es verdad que las pymes han sido siempre más reacias a realizar formación por un tema cultural. Si analizamos el volumen de formación bonificada, las pymes no representan ni el 10% de empresas. Debería haber más campañas informativas.

En otros países, si los jóvenes no tienen empleo, lo crean. ¿Aquí no?

Escuché un estudio en el que se decía que los estadounidenses querían ser Bill Gates y los españoles, funcionarios. Al emprendedor, se le ayuda poco comparado con otros países. Aquí lo único que hay son concursos de emprendedores, pero no una cultura real de apoyo. Ahora se han puesto de moda los business angels, de carácter privado pero no de origen público. Además, está muy implantado el miedo a equivocarse.

Tampoco las empresas reconocen el valor de lanzar un proyecto, ni de haber sacado hijos adelante...

No, eso es cierto. Yo desde luego primo siempre al que ha tenido su empresa porque sabe lo que es pagar la nómina a final de mes. Esa gente está más concienciada del trabajo en equipo y sabe que el sueldo no cae del cielo.

El 'presentismo' sigue vigente en España"

¿Está cambiando la mentalidad del empresario español? Sin duda, y para bien, cada vez está más formado y tiene una visión exterior más importante. Las necesidades internas del mercado nos han obligado a mirar fuera. Las empresas españolas cada vez son más competitivas.Pero sigue existiendo la cultura del presentismo, ¿es así? Es uno de los males endémicos. En IMF se cierra a las ocho. Antes había gente que se iba tarde a casa para no bañar a los niños. Al final, si no se compatibiliza bien la vida personal con la profesional, no se rinde. Uno no va a ser feliz, y eso va en contra de la vida profesional y personal. Creo que ese mal persiste, aunque se esté tratando de corregir, el presentismo sigue vigente en España. Solo se aprovechan cinco horas de las diez que se hacen.Entonces, de implantar el teletrabajo ni hablar...Tengo varias personas que trabajan desde su casa. Es una maravilla. El viernes hay una reunión, se hace un repaso del trabajo que han realizado toda la semana y se acabó. Sin embargo, esa política tampoco la puedes hacer con todo el mundo. Son perfiles determinados.¿Qué formación puede ser hoy interesante para personas desempleadas o que quieran reorientarse hacia otras áreas?El 75% de losalumnos que estudian el Máster de Riesgos Laborales oficial que se cursa aquí con la Universidad San Pablo CEU ha salido con trabajo o con prácticas. También contamos con un Máster de Gestión Integral y otro de Energías Renovables. Vamos a lanzar otro de Eficiencia Energética.

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