Las medidas del eje franco-alemán no tendrán efecto en el corto plazo
La reunión de ayer entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy se centró esbozar los criterios de un futuro gobierno económico europeo. Los dirigentes políticos alaban las medidas, pero el mercado duda de su eficacia para solucionar la crisis de deuda soberana.
Gobernanza económica y austeridad fiscal. Estos son los dos pilares sobre los que se desarrolló la cumbre bilateral de ayer entre Francia y Alemania. Un ejecutivo de la zona euro en materia económica que "estaría compuesto por los jefes de Estado de cada país y se reuniría dos veces o más al año", según la propuesta de Nicolas Sarzoky. Y la primera tarea del nuevo "gobierno" sería velar con ahínco por la reducción del déficit, de la deuda y el retorno al equilibrio presupuestario de los 17 países del área euro. Tanto, que los Estados miembros deberían incluir estos objetivos en sus textos constitucionales antes del verano del 2012.
Las reacciones entre la clase política europea han sido muy favorables. Para el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, "suponen un importante avance para la unión económica de la zona euro". Y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso considera que "es un compromiso político más para la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo". Los dirigentes europeos se congratulan sobre todo del nuevo paso adelante en la contención del déficit. "Marcarse objetivos para lograr el equilibrio presupuestario es la piedra angular del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea", sentencia Barroso.
Aunque también ha recibido críticas del sector político, como las de la rival socialista de Sarkoy en las próximas elecciones presidenciales galas. Francois Hollande entiende que las medidas acordadas son "escasas y llegan demasiado tarde" y centra sus críticas precisamente en la obligación por ley de limitar el déficit. "Si todos los países del euro tiene que adaptar esta medida antes de 2012, exijo que el asunto sea parte del debate electoral de los próximos comicios en Francia", afirma Hollande.
Desde el punto de vista puramente económico, los expertos del mercado también han puesto en duda la efectividad inmediata de las conclusiones acordadas ayer. "La reunión ayer de la Canciller alemana y el Presidente francés muestra el soporte político para seguir avanzando en la Unión Política pero deja en el aire cómo se lograrán salvar los problemas a corto plazo: la desconfianza del mercado sobre la situación financiera de muchos países que se enfrentan a la encrucijada entre un ajuste fiscal que nunca es suficiente y la necesidad de retomar el crecimiento", opina José Luís Martínez Campuzano, estratega de Citi España.
La relevancia política de lo acordado ayer también es reconocida por Barclays Capital, pero lamentan que la prioridad no fuera abordar soluciones para apagar el incendio en los mercados de deuda. Citan expresamente en su informe la emisión de eurobonos -una propuesta que el Gobierno español veía con buenos ojos- y la posible ampliación del del fondo de rescate europeo, (EFSF en sus siglas en inglés) dotado de 750.000 millones. Barclays no descarta además que el anuncio de una futura tasa sobre transacciones financieras en la zona euro puede causar inestabilidad e incertidumbre en el mercado. Barclays exige que se detalle cuanto antes el ámbito y la aplicación concreta de cómo se llevará a cabo esta nueva herramienta tributaria.
La patronal de los bancos regionales de Alemania también se ha pronunciado: "creemos que una tasa a las transacciones financieras limitada únicamente a la zona euro, no es efectiva".