Italia coloca 6.500 millones un 20% más barato que en julio
El Tesoro italiano salda con éxito la subasta a 12 meses entre rumores de una nueva compra de bonos por el BCE.
La primera subasta de deuda pública italiana tras el anuncio de intervención del Banco Central Europeo (BCE) se saldó ayer con un rotundo éxito: el Tesoro colocó 6.500 millones de euros en letras a 12 meses, con un interés medio del 2,959%. El dato está ligeramente por encima de lo que se exige en el mercado secundario (2,77%), pero es un 20% más barato que la subasta realizada en julio pasado, que fue un 3,67%.
La operación tuvo lugar en medio de rumores de una nueva intervención por parte del BCE, que ha reconocido que está comprando deuda soberana de España e Italia. La demanda de letras duplicó la oferta del Tesoro. Desde que el BCE confirmó el pasado domingo que reanudaría las compras de deuda soberana, la prima de riesgo de Italia ha descendido más de 100 puntos. Este indicador mide en el diferencial en puntos básicos (100 puntos equivalen a un punto porcentual) entre los bonos italianos y alemanes a 10 años. Este spread ha pasado de 400 a 290 puntos.
En la espiral de volatilidad que azota los mercados financieros desde hace meses, los inversores empezaron a penalizar a Italia por tener una deuda pública del 120% del PIB y unas pobres perspectivas de crecimiento, que podrían poner en un compromiso la capacidad del país transalpino de afrontar sus compromisos. De aquí a 2015, Italia tiene que asumir unos vencimientos superiores a los 700.000 millones de euros, una cantidad a la que habrá que sumar eventuales emisiones de corto plazo. La curva de tipos de Italia oscila entre el 1,52% al que cotizan las letras a tres meses y el 6% que se le exige a los bonos que tienen vencimiento a 30 años.
En este contexto, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha suspendido sus vacaciones y ayer retomó las conversaciones con los agentes sociales para acelerar las reformas pendientes.
Mientras tanto, la fiscalía prosigue con su investigación sobre la actuación de las agencias de calificación financiera Moody's y Standard & Poor's, a las que acusa de haber emitido "juicios falsos" y "exagerados". Tres analistas de S&P están acusados de "manipulación del mercado" y uso de información privilegiada.