Te vas a comer, y a la vuelta quiebra Francia
Si queda por ahí alguien que defienda la hipótesis de los mercados eficientes, por favor, que vuelva de vacaciones y me explique. En serio. La variación media entre máximo y mínimo en el Standard & Poor's 500 (el principal y más líquido índice de Bolsa del mundo) en las últimas cinco sesiones es del 5,33%, según Bespoke. Ayer el Ibex abrió con fuertes alzas, pasó una mañana de relativa calma y bajó el 5,5% al cierre. ¿Por? Francia está fatal. O sus bancos. Da un poco igual, el caso es que había que vender a cualquier precio porque algo malo pasaba pasados los Pirineos. Société Générale, que no es cualquier cosa, se desplomó un 20% de un día para otro.
Como explica el prolífico bloguero de Cinco Días, y compañero a lo largo de unas cuantas crisis, Fernando, los mercados no son un sanedrín de sabios; solo son inversores que buscan ganar dinero. Cada uno de una forma, y sucede hoy por hoy que quien mueve el mercado atienden a razones no muy comprensibles para los humanos. Ya escribimos hace no mucho que cuando la actriz Anne Hathaway es trending topic en Twitter suben las acciones de la empresa de Warren Buffett, llamada Berkshire Hathaway... Es el mundo de las máquinas, que suponen una parte sustancial de las operaciones de Bolsa en Wall Street y no suelen estar programadas a actividades tan benévolas como buscar trending topics. La absurda volatilidad de los últimos días no es culpa de S&P, ni del miedo a la desaceleración, ni a las dudas sobre Francia...
Los esforzados cronistas financieros con algo tenemos que rellenar los titulares, y ciertamente estos factores inciden en el sentimiento bajista de fondo. Pero no son el nudo de un crac financiero que estará haciendo de oro a tanta gente como está arruinando. Porque, a medida que la operativa de los mercados se vuelve más cortoplacista (y las máquinas miden sus operaciones en milisegundos), la Bolsa deja de ser una forma de inversión para ser un juego de suma cero.
Ahora bien, eso no quiere decir que se pueda despachar el desplome de los mercados con un "es que son una timba", por más que, efectivamente, se parezcan mucho. Las "dudas sobre Francia" que titulan hoy los periódicos tienen algo de justificación. Al igual que en 2008, el mercado monetario, aquel en el que se invierte en activos de mínimo riesgo, es una fuente de tensiones. Los fondos del mercado monetario invierten en deuda de entidades de alta calidad (grandes bancos o deuda pública) y de corto plazo. Los bancos dependen de estas inversiones para poder seguir funcionando; sin poder emitir pagarés, quiebran en poco tiempo.
Tanto Wall Street Journal como Financial Times han publicado que los fondos monetarios de Estados Unidos están retirando dinero de Europa ante las tensiones de la zona euro. Algunos comentaristas lo atribuyen a presiones regulatorias, aunque el hecho es que los inversores están retirando dinero masivamente de estos fondos. Según Lipper, al ritmo más alto desde (glups) la semana que quebró Lehman. En todo caso, si EE UU deja de invertir en deuda de bancos europeos a corto plazo, la financiación de éstos puede sufrir mucho; según el WSJ, las inversiones de estos fondos en Europa son de un billón de dólares. Y, con datos de Fitch, la banca europea es muy sensible a este mercado.
Los fondos monetarios, que ofrecen rentabilidades irrisorias, no pueden permitirse ni un ápice de riesgo, por lo que huyen en masa de cualquier activo a la mínima señal problemática. Se les ha llamado "el dinero más tonto del mundo" por su incpacidad de soportar pérdidas. En este sentido, la situación es preocupante. Si el dinero de estos fondos sigue saliendo de Europa, la falta de liquidez puede ahogar a alguna entidad y caer en eso que teme el mercado: el momento Lehman. ¿Solución? Si la crisis no se alivia por sí sola, quizá el BCE y la Fed deban activar líneas de financiación en dólares para la banca europea.
Eso, suponiendo que lo expuesto anteriormente sea cierto ¿Tiene sentido que los fondos monetarios sean la causa del desastre? Sí. ¿Es eso cierto? Quién sabe. Hay muchos inversores que hacen mucho dinero con tanta inestabilidad, que distinguir el trigo de la paja, los rumores interesados de las primicias, los análisis certeros del cotilleo de barandilla, es prácticamente imposible. Solo cabe esperar que volvamos a los días en los que las máquinas se dedican solo a seguir a Anne Hathaway.