Obama descalifica a las agencias de rating y afirma que EE UU siempre será "triple A"
El presidente de EE UU, Barack Obama, cargó ayer contra las agencias de calificación. Literalmente, el presidente americano aseguró que "no importa" lo que digan firmas como Standard & Poor's. "Siempre seremos un país triple A", afirmó el mandatario.
Fue una comparecencia por sorpresa, breve y rotunda. En menos de 20 minutos, Barack Obama se despachó contra las agencias de calificación financiera, llamó a la unidad por encima de los intereses políticos y anunció que no hay demasiado margen de maniobra para seguir recortando gastos, si no media una reforma fiscal. "No importa lo que pueda decir una agencia de rating", afirmó el presidente de EE UU. "Siempre seremos un país triple A". "Tenemos los trabajadores más productivos, la tecnología más avanzada, los empresarios con más iniciativa", remachó el presidente.
Obama, que también habló ayer con su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre la situación de la deuda soberana, aseguró que los problemas de EE UU "tienen solución" y que el desafío consiste en "la necesidad de enfrentarse al déficit a largo plazo". Para ello, el presidente estadounidense reconoció que es preciso un acuerdo entre republicanos y demócratas y aseguró que no hace falta "ninguna medida radical". Para el dirigente americano, lo único que es preciso es "voluntad política". El presidente de EE UU reconoció que la batalla política a cuenta del límite de endeudamiento "ha traído grandes daños al país". El esfuerzo para poner riendas a la deuda pasa, según Obama, por una reforma fiscal y del programa sanitario para la tercera edad, el Medicare.
Wall Street ignoró el discurso del presidente y no moderó sus caídas. En lo que sí parecen darle la razón los mercados es en que no importan demasiado las dudas sobre la solvencia, porque los inversores siguen refugiándose en los bonos americanos. La rentabilidad del bono, que va en sentido inverso al precio, retrocedió ayer del 2,5% a 2,32% en el caso del bono a 10 años. Se trata del nivel más bajo desde comienzos de 2009 y una prueba en toda regla de que los bonos de EE UU siguen actuando como valor refugio idóneo.
Las palabras de Obama contrastan con la valoración de Standard & Poor's, que ayer sostuvo que es "improbable" que el país pueda recuperar la triple A, la máxima nota, en un plazo de tiempo corto. "Los responsables políticos elegidos en Estados Unidos son incapaces de tomar las medidas que podrían poner al país de forma efectiva en la senda del equilibrio fiscal de una manera similar a la de los países con triple A", aseguró el director general de Standard & Poor's, John Chambers, que ofreció ayer una teleconferencia.
La rebaja del rating soberano conllevó ayer el recorte de algunas instituciones vinculadas al sistema financiero americano, como son las casas de compensación y liquidación y las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac. Las otras dos grandes agencias de calificación, Fitch Ratings y Moody's, mantienen la triple A, pero la tienen en perspectiva negativa, mientras evalúan la situación de las cuentas públicas.
Reunión crítica para la Fed
La reunión de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, llega en un momento crítico para la economía, en plena desaceleración después de cuatro años de esfuerzo millonarios.Las fórmulas mágicas se le agotan al presidente de la Fed, Ben Bernanke. La entidad empleó 600.000 millones para reactivar la economía en el plan Quantitative Easing 2. Al principio, parecía que la medida había sido un éxito, pero a la vista está que los problemas persisten. Con los tipos anclados entre el 0% y el 0,25%, el margen de maniobra en ese sentido es muy débil. Los expertos consideran que una tercera ronda de relajación cuantitativa evidenciaría el fracaso de la estrategia de la Fed. Por otra parte, el banco central estadounidense ha asumido un riesgo extraordinario, con un saldo de 897.000 millones de dólares (equivalente al 64% del PIB español) en bonos hipotecarios.
Deuda pública
85% es el porcentaje sobre PIB que S&P espera que alcance la deuda pública de EE UU, si el recorte presupuestario llega a 2,1 billones de dólares.