España, el gran freno de Telefónica, Santander y BBVA
El tridente de la Bolsa española tiene un problema común: España. Telefónica, Santander y BBVA viven de sus réditos en el extranjero y acusan a sus negocios nacionales de las caídas de los beneficios. En términos agregados, sus resultados en España cayeron un 21,9% en el primer semestre, hasta 4.258 millones de euros.
Telefónica, Santander y BBVA lo hicieron muy bien cuando decidieron invertir y crecer fuera de España. Los resultados que han publicado desde que estalló la crisis, allá por 2007, así lo han demostrado.
La mala noticia es que su país de origen se ha convertido en los últimos tiempos en un pesado lastre para sus cuentas de resultados. Las cuentas del primer semestre son una prueba más: sus resultados en España cayeron un 21,9%, hasta 4.258 millones.
Sin incluir los negocios en España, BBVA y Telefónica hubieran ganado, respectivamente, un 24,3% y un 13,9% más. Santander, sin contabilizar su red minorista en España ni la provisión de 620 millones de euros de Reino Unido, hubiera mantenido plano su beneficio neto.
Santander
Tacita a tacita y provisión a provisión, el beneficio de la red de oficinas del Santander en España ha pasado a aportar solo el 12% del beneficio del grupo, cuando hace cinco años representaba el 19,8%. Esta reducción se ha debido a la mayor contribución del resto de sus áreas de negocio, con espectacular incremento de Latinoamérica (del 30% al 70,2% del benefficio), pero también al continuado descenso de los resultados domésticos.
En el primer semestre, el beneficio nacional de Santander en su red de oficinas (sin incluir Banesto) se hundió un 28,4% y, para mayor preocupación, el banco todavía no parece ver la luz al final del túnel. Ha reducido el crédito un 7%, la tasa de morosidad se mantiene por las nubes, en el 6,7%, frente al 3,8% del total del grupo. Y no hay signos de que haya tocado techo, puesto que en el último trimestre se incrementó en 24 puntos básicos.
BBVA
La entidad presidida por Francisco González sufre también su propio vía crucis. Las consecuencias son más importantes que para su gran rival, puesto que su dependencia de España es superior. Y es que, aunque su beneficio neto se desplomó un 34,4%, continúa siendo el área de negocio que más aporta al beneficio (896 millones de euros), seguida cada vez más de cerca por México (885 millones).
Una parte importante de la culpa del fuerte descenso de los resultados se debió a "pérdidas por deterioro de activos financieros", que restaron 845 millones en el semestre. El año pasado en estas fechas, la cantidad era de 422 millones de euros. ¿Y esto qué es? Pues algo malo pero que puede llegar a ser peor y que, optando por la prudencia, BBVA ha preferido contabilizar como minusvalía, ya que son créditos al corriente de pago pero con dudas de cara al futuro.
La tasa de morosidad está a raya, aunque también por encima de la del conjunto del grupo con un 4,7% frente a un 4%, si bien BBVA advierte en su informe trimestral que continúa detectándose un deslizamiento al alza en los últimos meses. Los hogares -apunta- continúan moderando sus necesidades crediticias y reduciendo su gasto en consumo, al mismo tiempo que las empresas continúan rebajando su apalancamiento.
Telefónica
La operadora ya señaló con el dedo en la celebración de su día del inversor a sus negocios en España como una fuente de problemas. Para tratar de mejorar las cuentas, ha llegado a un acuerdo para aplicar un ERE a unos 6.500 trabajadores. En las cuentas del primer semestre, se vuelve a demostrar que el negocio español de Telefónica tiene algunas dificultades.
De entrada, sus ingresos cayeron un 6,1% y España se convirtió en la única división por área geográfica que sufrió descensos en la facturación. Y lo peor es que ese descenso en los ingresos se amplió en términos de resultado operativo, que bajó un 15,5%. La operadora no aporta resultados de beneficio neto por áreas geográficas.
Las razones son varias. El primer párrafo del apartado de la operativa referido a España es clarificador: "[Los negocios] continúan impactados por el consumo en España y la elevada intensidad competitiva". Su misión es tratar de retener al mayor número de clientes, y lo consigue, pero a costa de los márgenes.
El número de líneas fijas cayó un 1% interanual, hasta los 15,8 millones, con un descenso más abultado en los accesos de particulares (-7%). La facturación, pese al leve crecimiento del 1% en el número de líneas de ADSL, bajó en esta área de negocio un 5,9% respecto al primer semestre de 2010, hasta 5.353 millones. Tampoco la telefonía móvil fue un consuelo para la empresa presidida por César Alierta, con un descenso de los ingresos del 6,1%, hasta los 3.955 millones de euros.