La prima de riesgo de Italia se acerca a la de la maltrecha España
Hasta hace poco, España aparecía como último muro de contención de la crisis de la deuda europea, cebada con los países periféricos. El ataque de los mercados ha dado un salto en la última semana y ya acosa a Italia.
La séptima economía del mundo, cuna del diseño y hasta hace poco ejemplo de la industria europea, está en peligro grave. Después de acumular una década creciendo a un pírrico 0,5% de media, los problemas del atribulado país se han agudizado en las dos últimas semanas.
Los mercados sabían que la deuda pública supera desde hace años el 120% del PIB, pero habían amnistiado a Italia por diversos motivos: por una parte, su deuda privada es muy moderada, de modo que el ahorro interno financia parte del desfase público; por la otra, había víctimas más indefensas a las que hincar el diente, léase Grecia, Portugal, Irlanda e, incluso, España.
Pero las cosas han cambiado radicalmente desde el inicio de julio. En solo una semana, la rentabilidad de los bonos a diez años de la República Italiana se ha elevado en casi cien puntos básicos, superando la barrera psicológica del 6%: lo nunca visto desde el acceso al euro. La Bolsa de Milán, referencia de la otrora pujante industria transalpina, perdió la quinta parte de su valor en apenas cuatro jornadas, para cotizar ya en mínimos de los últimos dos años.
El brusco deterioro se ha debido al enquistamiento de la crisis griega, pero también a la situación política del país. La escuálida mayoría de Berlusconi se tambalea, igual que su propio Gobierno, donde la ruptura del capo con su superministro de Finanzas, Giulio Tremonti, es un hecho.
Los tiburones de los mercados han olido sangre fresca y han ido a por ella de forma aún más decidida que contra España: aunque ambos países mediterráneos sufren el acoso salvaje, el diferencial del bono a diez años se ha recortado desde los 80 puntos básicos del mes pasado hasta los poco más de 30 de la actualidad. El último editorial del prestigioso semanario The Economist va más lejos, y llega a sostener que los mercados "han saltado la valla española" y han fijado la nueva presa a la orilla occidental del Adriático. Los acontecimientos de los próximos días serán cruciales para determinar la gravedad de la herida.