España e Italia consiguen una tregua
Tiempo muerto. La periferia consigue un respiro tras sufrir una jornada que a primera hora parecía iba a ser dramática. Los rumores sobre una posible intervención del BCE y las noticias acerca de un nuevo plan de austeridad italiano han sido el bálsamo. De esta manera, el Ibex ha conseguido moderar el castigo para cerrar con un descenso del 0,69%, la prima de riesgo ha caído hasta los 314 puntos (llegó a rebasar los 376), y el bono paga un 5,8%, abandonando el peligroso nivel del 6%.
00:00 horas del lunes negro. Un comunicado del Eurogrupo confirma los pronósticos más agoreros. Los ministros de finanzas de la Unión Europea no se ponen de acuerdo sobre como articular la participación del sector privado en la factura griega. En roman paladino, Alemania quiere obligar a los bancos a que asuman una parte importante de las pérdidas y el BCE se niega ante el temor de las agencias de calificación lo consideren un impago. Tras una jornada de debacle en la que Italia y España se han colocado al borde del abismo, los operadores comprueban la inoperancia de Bruselas para encontrar un remedio a la crisis fiscal que asola la periferia. Al día siguiente, o sea hoy, la debacle se profundiza. En España, apenas 60 minutos después de la apertura de sesión el Ibex cae más de un 4%, la prima de riesgo se escapa hasta los 376 puntos y el bono a diez años paga un 6,3% en el mercado secundario. Una situación desconocida desde 1997, en los tiempos de la convergencia monetaria.
A mediodía la situación es insostenible y surgen los rumores. Las especulaciones se apuntan a que el BCE ha comenzado a comprar bonos de los países en problemas. Los títulos trasalpinos, entre otros periféricos, parecen ocupar buena parte de la cesta de la compra del supervisor europeo. Y de nuevo Italia: el ministro de Economía, Gulio Tremonti, abandona la reunión del Ecofin rumbo a Roma para acelerar la agenda de reformas que tanta desconfianza provocan. Estos movimientos tranquilizan la situación y tienen un efecto balsámico en el mercado. Llega la tregua.
A cierre de sesión, el Ibex consigue moderar la situación y ceder un 0,69% que le permite mantenerse en los 9.600 puntos. Mientras tanto, la prima de riesgo ha conseguido recortar posiciones respecto a ayer y se queda en los 314 puntos básicos. La situación también ha mejorado para la rentabilidad exigida al bono a diez años, plazo de referencia, que pierde el peligroso 6% y se queda en un todavía preocupante 5,8%. Este relativo descanso también está siendo disfrutado por la nueva víctima preferida. Los títulos italianos estrechan la brecha con el bund alemán y ya pagan algo menos de un 3% adicional tras haber alcanzado una diferencia superior a los 330 enteros.
La banca, al igual que ayer, ha encadenado perdidas por encima del 2% durante los primeras horas de la jornada. Sin embargo, este castigo se ha llegado a moderar, e incluso corregir en muchos casos. De esta manera, BBVA, Popular, Santander y Sabadell se han aferrado al verde con subidas de hasta el 0,7%. Mientras tanto, Bankinter y Caixabank no han conseguido la machada y se conforman con caídas del 0,07 y el 1,38% respectivamente. Habrá que mantenerse al tanto de la evolución de estos valores en una semana en la que se van a hacer públicos los resultados de las pruebas de estrés a nivel europeo. La sombra del suspenso es alargada.
En el resto de plazas del Viejo Continente la situación no ha sido muy diferente de lo acontecido en el parqué madrileño. Primeras horas dramáticas con recuperaciones posteriores apoyadas por el sector financiero, pero insuficientes para la conquista de los beneficios. De esta manera, Londres cede un 1,02%, París pierde un 0,93% y Francfort un 0,78%. Aunque, como siempre, a la regla general siempre la deben de confirmar las excepciones. Así, Portugal se hunde más allá del 4% ante el temor de que se pueda convertir en una nueva Grecia y Milán sube un 1,18% impulsado por su futuro plan de austeridad.
En plena crisis sistémica de la zona euro, la moneda única también se ha resentido. Acumula tres jornadas perdiendo posiciones hasta alcanzar hoy los 1,40 dólares, mínimo de los últimos tres meses. Los 1,46 billetes verdes que se llegaron a alcanzar hace un par de semana ya solo parecen un sueño. Un sueño que habrá que ver si Bruselas consigue evitar que se convierta en una pesadilla.