Los ciberataques amenazan el teletrabajo
Parecía el culmen de la productividad. El antídoto ideal para los atascos del tráfico. La receta perfecta para conciliar la vida laboral con la privada. Pero los ciberataques y el ciberespionaje están poniendo en jaque el teletrabajo.
Hasta la Comisión Europea, firme defensora de la ubicuidad profesional, ha pedido a sus funcionarios que limiten el acceso a la intranet del organismo desde ordenadores particulares y ha creado un equipo de vigilancia permanente para intentar evitar que se repitan los ataques sufridos recientemente.
La última intrusión conocida afectó en marzo y abril a varios departamentos de la Comisión y, en particular, al recién creado Servicio de Acción Exterior (el cuerpo diplomático de la UE). "Buscaban información importante y el ataque fue especialmente sofisticado", lamentó entonces la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström.
Y Udo Helmbrecht, director de ENISA, la Agencia europea de seguridad informática, ha reconocido que "como cualquier otra administración, el nivel de la amenaza de un ciberataque contra las instituciones europeas es my elevado y ya han ocurrido numerosos incidentes".
Las medidas de precaución, de momento, afectan solo a los empleados de la Comisión que a título casi personal comenzaban o terminaban la jornada laboral desde su domicilio particular. Ese primer o último vistazo al correo electrónico antes de salir de casa deberá esperar hasta que lleguen o vuelvan a la oficina. Precaución extrema, también, con el tipo de documentos que se transporta en un pincho o en un portátil.
Las personas que teletrabajan de manera permanente (como en ciertas tareas administrativas o de traducción) continúan, por ahora, su labor a distancia. Pero Bruselas está revisando cualquier fisura en la integridad de su red. Y acaba de crear una unidad de 10 expertos encargados de atender 24 horas al día y siete días a la semana las alerta de seguridad informática en cualquiera de las instituciones europeas (Comisión, Parlamento, Consejo...).