El parón en los planes del AVE obliga a Renfe a reformar 15 trenes por 78 millones
Renfe se ha embarcado por 78 millones en la reforma de 15 trenes sin estrenar de la serie S-130 fabricados por Talgo, para convertirlos en material "todoterreno" con triple tipo de tracción y doble cambio de ancho. La modificación es obligada para evitar que la ralentización en algunos tramos nuevos del AVE afecte al calendario de inauguración de servicios entre Madrid y Galicia.
Renfe cuenta con una flota de unos 300 trenes de alta velocidad, con doce modelos distintos, que es considerada una de las más modernas y versátiles de todo el mundo. En ella ha invertido unos 5.000 millones.
Las complejas circunstancias que afectan al despliegue de las diferentes líneas del tren veloz, sin embargo, han provocado que, en momentos puntuales, ninguno de estos trenes estén adaptados a determinadas exigencias de la explotación.
La puesta en servicio el próximo 10 de diciembre del llamado AVE de Galicia entre Orense, Santiago de Compostela y La Coruña, plantea retos añadidos a la operadora ferroviaria que preside Teófilo Serrano. Para articular servicios de tren que, a partir de 2012, puedan circular entre Madrid y La Coruña, utilizando la nueva red de altas prestaciones de Galicia y, a la vez, adaptándose a las condiciones reales de las infraestructuras existentes entre Valladolid y Orense (vía única sin electrificar), necesita contar con unos trenes auténticos "todo terreno".
La velocidad será de 250 km/h en tramos electrificados y de 180 km en el resto
El material debe ser capaz de circular adaptándose a dos tipos distintos de electrificación; la de las líneas AVE y la de las convencionales. Además, es obligado que también posea un sistema de auto tracción diésel para aquellos tramos que están sin electrificar. Para completar el panorama, se exige que ese material cuente con un sistema de ejes variables para circular por infraestructuras de ancho nacional y también de ancho internacional.
Renfe ha considerado que, entre la variedad de modelos con los que cuenta en su parque, el que más se aproxima a estas exigencias es el que se conoce popularmente como patito. Es el AVE de la serie 130 fabricado por Talgo. La operadora adquirió en 2002 y en 2005 hasta 45 unidades de este modelo, que trae de serie los ejes de doble ancho y los sistemas de electrificación duplicados para líneas AVE y líneas convencionales.
El proyecto de reforma que realiza la empresa que preside Teófilo Serrano cuenta con un presupuesto de 78 millones. Su actuación principal consiste en incorporar un vagón auxiliar con un motor diésel. En el tramo entre Medina del Campo, en Valladolid, y Orense, este motor es el encargado de propulsar al tren. La velocidad será de 250 kilómetros por hora en los tramos electrificados y de 180 km en los propulsados por diésel.
Múltiples transformaciones en la historia de la alta velocidad
La transformación de trenes nuevos ha sido un hecho reiterado en la historia de la alta velocidad ferroviaria española, ya se porque se adquirieron series muy amplias o porque los retrasos en las obras obligaron a articular servicios provisionales o mixtos.La primera reforma se hizo con el primer tren de alta velocidad, el S-100 de Alstom. Se compraron 24 unidades para el Madrid-Sevilla. Seis de ellas quedaron si uso y se les cambiaron los ejes para prestar servicio en ancho nacional en el corredor mediterráneo.Diez unidades de esta misma serie están siendo modificadas ahora para adaptarlas a las exigencias de la explotación de la primera línea internacional entre Barcelona y París. Importantes modificaciones se introdujeron en las locomotoras 252 y ahora se plantean para la serie 253.