Caos sucesorio en el Deutsche
Deutsche Bank tiene dos problemas. La decisión del antiguo presidente del Bundesbank Axel Weber de incorporarse a UBS ha sido un revés en los planes sucesorios tejidos alrededor del CEO Josef Ackermann. Pero la lucha desatada es peor. Parece haberse abierto una peligrosa brecha en los cargos más elevados partidarios de Ackermann y del presidente del consejo de supervisión del Deutsche, Clemens Boersig.
Ninguno saldrá bien parado. Boersig es el responsable último de la selección. Así que el lío organizado mina su autoridad. Pero mientras resulta comprensible que Ackermann quiera estar involucrado en el proceso, no está claro que su contribución -respaldando a Weber- haya sido muy constructiva.
Un banco como Deutsche no puede permitirse que su presidente y su CEO estén en desacuerdo. Así que el consejo de supervisión necesita dar un impulso. La solución más simple sería acelerar el nombramiento del sucesor de Ackermann.
El cambio de Weber al UBS no es tan duro como claman los aliados de Ackermann. Y las afirmaciones de que el Deutsche tiene mucho tiempo para escoger a un candidato son cada vez más menos evidentes. El banco ha estado buscando un nuevo CEO desde 2009.
Por otro lado, si Boersig se va ahora, podría haber una vacante en el rango más algo de los ejecutivos en 2013. Y hay claros candidatos para el papel de CEO. Entre ellos está Anshu Jain, director de la banca de inversión del Deutsche. Puede que no el alemán no sea su lengua materna, pero generó casi tres partes de los ingresos del banco el año pasado. æpermil;l es el lógico sucesor.
Sin embargo, puede que esto no saque del apuro a Boersig. El consejo supervisor está lejos de ser capaz de que mantenga la cabeza erguida.