La batalla fiscal del tabaco
Durante las últimas semanas se ha producido una feroz batalla en el mercado del tabaco. Las compañías aplicaron notables rebajas de precios a sus productos, en un movimiento que ha levantado ampollas en todos los frentes. Desde las propias empresas a los estanqueros, pasando por la mismísima Hacienda, que está viendo menguada la recaudación de los impuestos que gravan el tabaco. Este escenario sufrió, sin embargo, un notable cambio el pasado viernes, cuando Altadis modificó el tiro y anunció que incrementaba entre 20 y 30 céntimos el precio de sus marcas de cigarrillos de mayor consumo. El cambio de estrategia de Altadis no acabó ahí, puesto que ha hecho llegar al Ministerio de Economía y Hacienda un esquema fiscal alternativo que, en su opinión, dejaría los ingresos fiscales prácticamente al margen de cualquier batalla de precios. La propuesta consiste en ligar el componente ad valórem del impuesto especial al precio medio de esa misma labor durante los últimos seis meses. Con este esquema, que ya se utiliza por ejemplo en Reino Unido, la empresa que quisiera bajar precios asumiría el sobrecoste fiscal que llevaría aparejada la iniciativa. Como cualquier propuesta fiscal, esta tiene sus pros y sus contras, pero cuanto menos merece una reflexión por parte de Hacienda.