La subasta del móvil sigue en coma
El primer día fue de cautela y el segundo lo ha sido todavía más. La subasta del móvil cumple 48 horas de desarrollo y, por ahora, los resultados están lejos de lo deseado por el Gobierno.
Hoy se ha cumplido la segunda jornada de la mayor subasta de frecuencias de móvil de la historia española. Pero las operadoras que participan en ella, once en total, siguen poco dispuestas a apostar dinero alegremente.
El Gobierno planeaba recaudar unos 2.000 millones en la puja y, por ahora, sobre la mesa solo hay 924 millones, que son exactamente 26 millones más que ayer.
Y es que las compañías se han mantenido en sus territorios, con ofertas para las mismas frecuencias que había pedido ayer y poco más. El único avance, al margen de algunas subidas tímidas de precio para frecuencias determinadas, es que dos bloques que ayer habían quedado desiertos han recibido hoy puja.
Pese a ello, siguen quedando 38 bloques por los que nadie ha apostado todavía. La mayoría son regionales en la banda de 2,6 GHz, pero también hay tres de los considerados importantes. Uno de ellos está en la banda de 800 MHz, el llamado dividendo digital y que corresponde a un espectro de muy buena calidad, ya que permite amplia cobertura con pocas antenas. Los otros dos bloques importantes desiertos corresponden a las frecuencias en 900 MHz, también muy apreciadas.
El problema es que el precio de entrada para este espectro es caro. Un mínimo de 170 millones de euros por bloque y que debe desembolsarse ahora en buena parte, aunque las frecuencias no podrán usarse hasta, como pronto, 2014. Estas condiciones son las que motivaron la retirada de Yoigo de la subasta, así que solo Movistar, Vodafone y Orange compiten por estas frecuencias, lo que está llevando a que las ofertas sean mucho más bajas.
El resto de las operadoras que están en la puja, Jazztel, Ono, Telecable, R, Euskaltel, Telecom Castilla-La Mancha, Opnatel de Navarra y COTA, se están centrando más en las frecuencias de 2,6 GHz, de menor calidad, pero mucho más baratas. A pesar de eso, la mayoría de ellas y, sobre todo, las regionales que corresponden a zonas donde no hay ningún operador local implicado en la subasta, siguen desiertas.