Más competencia en la banda ancha
España no es el paraíso del ADSL para los consumidores porque tiene los precios más elevados de cuantos se comercializan en la OCDE. Pero tampoco es el paraíso para quienes prestan este tipo de servicio, puesto que el precio es una de las causas de la escasa penetración en los hogares. España sale tradicionalmente malparada de los informes de precios y penetración de ADSL en la OCDE; aunque nunca tan señaladamente mal como ahora, con la última toma general de precios, realizada en septiembre del año pasado. Tiene las tasas mínimas, las que marcan la entrada en el mercado, en los niveles más altos de los países ricos, duplicando los precios de Reino Unido o triplicando los de Japón o Turquía. Además, marca los precios medios más elevados si se toma en consideración la capacidad adquisitiva de sus ciudadanos.
Todas las variables utilizadas han experimentado un deterioro (encarecimiento) en España el último año. El precio es determinante en las decisiones de consumo, y en este mercado sigue lastrando la posición del país, en el que el grado de penetración es inferior a la media, con cifras preocupantes para explotar la sociedad del conocimiento: solo el 23% de hogares tiene acceso de banda ancha fija. Hay camino por recorrer para ganar clientela en un negocio con márgenes muy generosos.