Bankia muestra sus bazas para triunfar en el mercado
Tamaño y ahorro de costes son las claves del banco de Rato.
Es la tercera mayor entidad por activos del país, después de Santander y BBVA. Caja Madrid, Bancaja y otras cinco pequeñas cajas han creado un gigante que está en pleno proceso de transformación.
Su debut en Bolsa se ha convertido en una cuestión de estado. Su presidente, Rodrigo Rato, escoltado por la gran banca de inversión, plantea varias bazas que convierten a Bankia en un valor casi imprescindible en una cartera de Bolsa española. Se espera, de hecho, que vaya casi directa al Ibex 35.
A base de cerrar sucursales y recortar plantilla, ahorrará unos 500 millones anuales a partir de 2013. Y su objetivo es que el ratio de eficiencia mejore hasta el 40% a finales de 2015, frente al 53% actual. Popular es ahora el alumno más aventajado en esta materia, con un 38,4%.
Bankia parte con una cuota de mercado envidiable en Madrid (del 21% en cuanto al número total de oficinas bancarias) y en la Comunidad Valenciana (16%). Esto le otorga una gran capacidad de fijación de precios en esas regiones, según apunta JP Morgan, uno de los coordinadores de la oferta pública de suscripción (OPS). En el resto de España, su presencia es desigual, con solo el 5% en Cataluña. El punto de vista positivo es que todavía tiene capacidad para crecer.
El escenario de tipos de interés al alza juega a favor de la entidad. La mayoría de sus hipotecas no tienen suelo, de forma que se han visto afectadas por la caída del euríbor y ahora se beneficiarán de la eventual subida.
Si todo sale como está previsto, la OPS permitirá que el ratio de capital básico (core capital) de Bankia suba desde el 7,8% de cierre de marzo hasta el entorno del 10%. "Lo situaría por encima del de sus comparables y además tendría una calidad superior", señala UBS.
La mala noticia es que su tasa de morosidad, del 5,4% a cierre de marzo, continuará subiendo en los próximos meses en línea con el resto de sus competidores. JP Morgan espera que alcance un máximo en torno al 7% en 2013.
El crédito promotor es el gran problema de Bankia, con 33.000 millones de euros y otros 6.000 en activos inmobiliarios asumidos como pago de deudas. Es el banco español más expuesto al ladrillo en términos absolutos. La cantidad es muy importante en relación a su cartera total de créditos, de 191.000 millones.
Aunque la intención de Bankia es repartir dividendos por el 50% de su beneficio neto -en línea con sus principales competidores-, su rentabilidad en este apartado dependerá del precio. Precisamente, este es el punto más crítico. Alrededor de la mitad de la OPS irá destinada a inversores institucionales, que exigen entre un 40% y un 60% de descuento sobre el valor en libros. Los bancos que trabajan en la operación dan unas horquillas de valoración muy amplias -de entre poco más de 4.000 millones de euros a 17.000 millones-, en función de los distintos escenarios.
Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, quiere mantener al menos un 50% del capital, de forma que el descuento máximo que puede realizar respecto al valor en libros se sitúa en el 62%. La ampliación debería ser de 3.000 millones, frente a los 4.000 millones que también se barajan, y su capitalización rondaría los 6.000 millones de euros.