Grecia no se acaba nunca
El virus griego vuelve a impactar en España, especialmente en su deuda. La rentabilidad exigida a los bonos nacionales a 10 años alcanza el 5,7%, nuevo récord desde la entrada en vigor del euro.rn
Grecia no puede pagar y Bruselas no se pone de acuerdo para aprobar el segundo plan de rescate a la economía helena, imprescindible para que Atenas pueda hacer frente a sus obligaciones más inmediatas. Tras el fracaso de la última reunión de los ministros de Finanzas europeos, se ha confirmado que no habrá nuevo paquete de ayudas hasta el próximo mes de Julio. Una situación de inestabilidad que ha disparado las tensiones y, lo que es más grave, las empieza a propagar incluso hacia aquellos países que ya empezaban a sentirse a salvo, especialmente España. Para comprobar la efectividad de este contagio es suficiente con echar un vistazo a la rentabilidad exigida a los bonos nacionales a 10 años, utilizado como plazo de referencia en el mercado, y que hoy ha vuelto a marcar un nuevo récord desde que entrase en vigor el euro.
Todas estas dudas han llegado en un día muy delicado para la deuda española. El Tesoro Público ha vuelto a buscar liquidez en el mercado y con un resultado algo decepcionante. El organismo ha colocado 2.800 millones de euros en obligaciones a ocho y quince años. Este resultado parece no haber cumplido con las expectativas de unos operadores, que a pesar de haber pagado menor interés que en anteriores ocasiones, han visto como el importe colocado se situaba en la parte baja del rango esperado que se situaba entre los 2.500 y los 3.500 millones. Esta frustración se ha trasladado, cómo no, al diferencial del bono español con el bund germano, el más solvente de Europa, llegando a ampliarse este brecha hasta tocar máximos del año. Sin embargo, el transcurso del día ha permitido cierto relajo hasta terminar situado en los 273 puntos.
Este lúgubre ambiente ha incrementado también la presión sobre la deuda griega. Tanto su prima como la rentabilidad ofertada ha vuelto a batir marcas después de que ayer el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, anunciase la remodelación del Gobierno, en una jornada marcada por la tercera huelga general del país en lo que va de año. Mientras tanto, Portugal ha dado continuidad a la jornada negra para la banca, lo que ha terminado por incrementar la prima de riesgo lusa hasta los 758 puntos.
La renta variable europea consigue minimizar los daños
En la Bolsa la situación ha sido algo mejor, por lo menos al cierre. Tras una jornada en la que se han llegado a cosechar pérdidas superiores al 1%, el Ibex 35 ha conseguido minimizar los daños parapetado en la positiva apertura de Wall Street. Así, el índice ha conseguido terminar la sesión con una leve caída del 0,15% que le ha permitido mantener los 9.900 puntos. En el resto de plazas del Viejo Continente la situación ha sido similar, consiguiendo enderezar (en parte) el negativo comportamiento registrado durante toda la sesión; con Francfort cerrando plano, París cediendo un 0,38% y Londres perdiendo un más importante 0,76%.
Los problemas han acechado también al euro. La divisa ha terminado el día situada en los 1,41 dólares. De esta manera, la moneda parece olvidarse del rally alcista del que disfrutó durante la semana pasada y que le permitió soñar con la barrera de los 1,47 billetes verdes.