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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las cuentas autonómicas no salen

En un ejercicio especialmente crítico para las cuentas públicas, no en vano las regiones están llamadas a acometer el mayor ajuste fiscal de su historia, las comunidades autónomas han vuelto a exhibir su falta de disciplina presupuestaria. Nada menos que un 5,4% más de gasto -lo que supone un déficit de 5.000 millones, un 0,46% del PIB- es el balance global que arrojan las cuentas autonómicas de este primer trimestre del año, que fueron presentadas ayer por la vicepresidenta económica, Elena Salgado. La cifra duplica los números rojos registrados por la Administración central del Estado en estos tres primeros meses del año y plantea serias y profundas dudas -si ese desajuste se extiende a los siguientes trimestres- sobre la viabilidad de reducir el objetivo de déficit autonómico al 1,3% en 2011.

Pese a que la propia vicepresidenta y ministra de Economía y Hacienda matizaba ayer que las malas cifras del primer trimestre no implican necesariamente la imposibilidad de que las regiones cumplan ese objetivo, denunció también el "gasto errático" de las Administraciones autonómicas a la par que advirtió -sin citar nombres, pero no hacía falta- que algunas deberán adoptar recortes adicionales y acelerar sus planes de ajuste. Con las cuentas en la mano, Baleares y Castilla-La Mancha son las dos regiones que han registrado peores datos, seguidas por País Vasco, Andalucía y Extremadura. En el otro extremo, Aragón, Galicia y La Rioja registraron un ligero superávit.

Además de contrastar con el esfuerzo de austeridad realizado por la Administración central, cuyas cifras de ingresos y gastos son accesibles de forma desglosada en las partidas correspondientes, los escuetos datos de ejecución presupuestaria que ofrecen las autonomías revelan un serio problema de falta de transparencia. Y esta es vital para recuperar la confianza de los mercados financieros y para que España pueda presentar ante Bruselas unas cuentas dotadas de suficiente credibilidad. Pese a que el Ejecutivo ha vuelto a hacer público su convencimiento de que no existen bolsas de déficit oculto en las comunidades autónomas, el ejemplo de lo ocurrido en Cataluña -cuyo Gobierno regional anunció ayer que su déficit se elevará hasta el 2,66%, el doble del objetivo- no invita a la confianza.

La persistente indisciplina en materia fiscal de las comunidades autónomas demuestra, además, que España arrastra la pesada carga de un sistema de control presupuestario cuyas deficiencias es urgente solventar. Tanto Joaquín Almunia, desde Bruselas, como la propia Elena Salgado reclamaban ayer que las regiones fijen un techo de gasto en sus presupuestos. A la vista de los datos de este primer trimestre, esa disciplina fiscal debe figurar como prioridad en todas las agendas autonómicas y hacerlo con urgencia y con rigor.

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