S&P rebaja a 'bono basura' la deuda de la operadora de la planta de Fukushima
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's ha rebajado la nota de solvencia a largo plazo de Tokyo Electric Power (Tepco), operadora de la planta nuclear de Fukushima, desde 'BBB' hasta 'B+', lo que sitúa la calidad de la deuda de la empresa dentro del terreno especulativo o 'bono basura'.
Asimismo, la calificadora de riesgos ha recortado el perfil crediticio individual de Tepco hasta 'ccc+' desde 'bb-' al reducirse hasta 'altas' desde 'muy altas' las probabilidades de recibir ayudas del Gobierno japonés.
"La rebaja del rating refleja nuestra opinión de que se ha exacerbado la incertidumbre sobre cualquier apoyo extraordinario por parte del Gobierno, mientras que el deterioro del perfil autónomo de Tepco y de su posición financiero eleva la probabilidad de que sus bancos acreedores podrían reestructurar sus créditos", precisó la agencia.
A este respecto, S&P advirtió de que cualquier renuncia por parte de los acreedores constituiría una suspensión de pagos que desencadenaría la rebaja del rating de Tepco hasta una categoría apropiada a esta situación.
Además, la agencia apuntó que su decisión de rebajar el perfil crediticio de Tepco se explica por la "cada vez menos clara" posibilidad de que se produzcan subidas de la tarifa eléctrica o inyecciones adicionales de capital que mitigaran parcialmente el deterioro de la posición financiera de la empresa.
Por último, S&P señaló que ha rebajado a 'alta' desde 'muy alta' la probabilidad de que Tepco reciba ayudas públicas para hacer frente a las indemnizaciones derivadas por el desastre nuclear de la planta de Fukushima, aunque la calificadora de riesgos aún considera que existe una "fuerte probabilidad" de que el Gobierno nipón aplique el programa de ayudas a la eléctrica.
Tepco cerró su año fiscal con pérdidas récord de 1,25 billones de yenes (10.680 millones de euros), las más elevadas de la historia para una empresa japonesa no financiera, en contraste con el beneficio de 102.300 millones de yenes (874 millones de euros) del ejercicio anterior, a raíz del impacto del accidente en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, lo que se tradujo en la dimisión de su presidente, Masataka Shimizu.