Hasta siempre, maestro
Ha muerto Luis Ángel Rojo, seguramente el mejor economista español de la historia. Desde que tengo conciencia de economista, Rojo siempre ha sido una referencia para mí. Recuerdo que cuando comencé a estudiar en la universidad, sus discursos y las publicaciones del Banco de España eran el principal referente para entender la crisis de 1992. Con el tiempo, he ido profundizando en su obra y he sido consciente de la importancia de Rojo en la economía española.
Comenzó su carrera como economista en el equipo que pilotó el Plan de Estabilización en 1959. En aquella época, la diferencia de renta por habitante de España con Alemania era de 60 puntos porcentuales, la misma diferencia que hoy tiene Bulgaria. Amplió sus estudios de economía en la London School of Economics, donde entró en contacto con la vanguardia de ideas dominantes. El resultado fue su principal obra: Renta, precios y balanza de pagos, que tradujo al español los fundamentos teóricos de una economía abierta.
Además, Rojo escribió sobre la teoría clásica con excelentes aportaciones, desde Adam Smith hasta el marxismo. Ese conocimiento de la teoría, de las técnicas estadísticas más avanzadas y de la historia es un modelo a seguir para aquellos que formamos a economistas en la universidad.
Luego, siguió aportando luz para gestionar la estanflación de los años setenta y la adhesión a la Comunidad Europea. Gracias a Rojo fuimos de los primeros países en innovar y fijar un objetivo explícito de inflación de nuestra política monetaria, clave para la entrada en el euro.
El ser humano nos ha dejado, pero el economista será eterno.
José Carlos Díez. Economista jefe de Intermoney y profesor de Economía de la Universidad de Alcalá