Estética pulcra funcional en Muji
Joaquim de Toca celebra cinco años de éxito con una nueva tienda en Valencia.
Después de dedicar buena parte de su vida laboral al mundo de las finanzas y de las telecomunicaciones, trabajando por cuenta ajena, decidió embarcarse en su propia aventura empresarial. Fue hace más de cinco años cuando Joaquim de Toca, nacido en Gerona hace 44 años, se enamoró de la firma japonesa Muji, especializada en accesorios de viaje, papelería, almacenaje y complementos para el hogar. "Mi primo era fan de la marca, me decía que tendría éxito en España, y un día escribió a los japoneses y estos le dijeron que le querían conocer", recuerda. Así que prepararon la presentación y De Toca viajó a Milán a inspeccionar sobre el terreno la última tienda abierta por la firma. "Me entusiasmó". Dicho y hecho.
Comenzaron a preparar un business plan para presentar a los directivos japoneses, que viajaron en varias ocasiones a España para conocer a esta familia de emprendedores. "Quisieron saber cómo era mi casa, mi familia, y cuando lo tuvieron todo controlado nos dijeron que podríamos ser buenos socios". Además de los detalles personales, Muji valoró la trayectoria empresarial de esta familia. El abuelo de Joaquim de Toca empezó con un pequeño concesionario de coches de la marca Citroën en Gerona, vendiendo furgonetas a los payeses, que ampliaría la siguiente generación a otras marcas, como Toyota o Chrysler, y a otro negocio de náutica en Palamós. "Creo que a los japoneses les gustó nuestra trayectoria, solvencia y seriedad". De Toca dejó su trabajo: durante seis años estuvo en banca corporativa en Banco Santander y durante otros seis años, en una empresa de telecomunicaciones y de televisión por cable en Cataluña.
"Empecé de cero, con un ordenador, teniendo como oficina el café Starbucks. Allí me iba todas las mañanas a intentar montar la compañía", dice este empresario, que reconoce que, a pesar de no tener problemas económicos, al principio no disponía de ingresos, "pero sí de mucha ilusión". Un lustro más tarde es un enamorado de la cultura japonesa, país al que viaja dos veces al año, y celebra este aniversario con la apertura de la quinta tienda en España, que se abrirá en otoño en Valencia.
De la filosofía empresarial nipona destaca la constancia y su visión a largo plazo. "Cuando trabajas con un estadounidense lo primero que te pide son resultados a corto plazo; en cambio, los japoneses prefieren el largo plazo, que se construya primero la marca. No presionan", señala. Otra condición que pusieron es que todas las tiendas de España -hasta la fecha, dos en Barcelona, dos en Madrid y una tienda online- fueran gestionadas por esta familia de empresarios. "Tuvimos suerte porque además la percepción que se tiene en España de Japón es buena; también coincidió con la moda de la comida japonesa, y a la gente le gustaba comprar cosas de otras culturas". El éxito de la firma se confirmó con el boca a boca. "Los españoles conocían la marca de cuando salían fuera y les resultaba muy familiar".
Muji, producto de calidad sin marca, se valora por lo que es, advierte De Toca. La marca se creó en 1989 en Tokio, como antítesis al furor que siente Japón por las firmas de lujo. "Lo importante es el producto, su utilidad, no la marca". Comenzaron con 40 productos en las estanterías y hoy disponen de 800 y de cerca de 5.000 empleados. La empresa cotiza en la Bolsa de Tokio (ticket 7453:JP) y cuenta con 497 puntos de venta en todo el mundo (359 en Japón, 55 en Europa, 6 en Estados Unidos y 77 en Asia). La previsión es abrir en Europa cinco tiendas este año, en Alemania, Reino Unido, Italia y España. En Asia prevén abrir 40 establecimientos.
"En España nuestras tiendas fueron rentables desde el primer día, y hacemos que todos los empleados se sientan implicados con el concepto de tienda. Por ejemplo, el director de tienda tiene una gran autonomía, porque hacemos que se sienta el dueño de su establecimiento", explica este ejecutivo, que ha trasladado la estética Muji a su despacho, cerca de La Rambla.
El muñeco que aleja la lluvia
La decoración de su despacho, mejor su espacio de trabajo porque lo comparte con otros miembros del equipo, sigue los pulcros parámetros estéticos de Muji. Paredes blancas, mobiliario funcional. Nada es accesorio. Joaquim de Toca se ha acostumbrado a que todo, incluida la ropa que lleva, esté firmado por la marca de la que es embajador en España. Guarda un pequeño muñeco, Teru Teru, que según una leyenda nipona trae el buen tiempo en verano y aleja la lluvia.Acostumbre a visitar cada día una de las tiendas de la ciudad en la que se encuentra, y no se le caen los anillos si tiene que ponerse atender a los clientes. Entra a trabajar a las nueve de la mañana y dilata la jornada hasta las ocho de la tarde. "No me gusta tener comidas de trabajo, hacen que tengas que prolongar tu jornada laboral". Hasta en ello es práctico.No se arrepiente de haber iniciado esta aventura. "Al principio ves incertidumbre pero como decía mi abuela de 90 años, lo importante es ganar para pagar las nóminas". El deporte es su hobby.