Así es la 'generación perdida'
Casi uno de cada dos jóvenes de 16 a 24 años no encuentra trabajo en España. Es la tasa más alta de Europa y de la OCDE, con diferencia. Cada país tiene sus matices, pero el FMI advierte de los riesgos futuros si no persisten las reformas.
Tres años de crisis económica han convertido el mercado laboral español en un agujero sin fondo. El último informe de competitividad global del Foro Económico Mundial rebajaba su eficiencia al puesto 115 de un total de 139 países. La estadística se ceba especialmente con la juventud: el paro entre los menores de 25 años alcanzó el 45,4% en el primer trimestre de 2011 -más del doble de la general, el 21,3%-, según la última Encuesta de Población Activa del INE. La escandalosa cifra duplica también la media europea para el mismo grupo de edad -el 20,7%-, muy por encima del 32,7% de Eslovaquia y a años luz de la tasa mínima de la UE, el 6,9% de Holanda, a tenor de los datos publicados en marzo por el Eurostat.
El FMI insiste en advertir del riesgo de una posible "generación perdida" pese a las reformas emprendidas. Pero la expresión que acuñara Strauss Kahn el pasado septiembre y que invade los medios de comunicación no deja de ser "un eslogan sin concreción", en palabras de Juan Carlos Rodríguez, profesor de Sociología de la Universidad Complutense. "No es evidente que los jóvenes vayan a vivir peor que sus padres", reivindica. El porcentaje actual de parados menores de 25 años es parecido al de otros antecedentes, entiende, del 46% en los años 93 y 94 y del 48% en los setenta. No obstante, si la coyuntura económica no mejora, pueden alcanzarse "los peores niveles frente a crisis anteriores".
Por grupos de edad
El tramo de los 16 a los 25 años, en edades de estudio y con el menor índice de emancipación, quizás no sea el más representativo. De hecho, la tasa de paro en España es algo menos sensible cuando se incluye el grupo de 25 a 29 años. De los 7.478.400 jóvenes españoles menores de 30 años, 1.610.400 se encuentran desempleados, es decir, el 34,7% de los activos. Esto supone un incremento del 1,86% respecto al trimestre pasado -el doble de la subida general, del 0,91%- según datos contrastados del INE y del Instituto de la Juventud (Injuve). Entre tanto, el porcentaje de actividad de este grupo ha descendido en un 2,47%: hay menos personas buscando trabajo y más estudiando. Rodríguez recuerda que muchos se encontraban empleados en el sector de la construcción antes de la crisis inmobiliaria. "De 16 a 24 años debería haber más gente estudiando. La cifra es muy baja respecto a otros países de Europa", explica. Y apunta como culpable a una tasa de fracaso escolar "salvaje".
Por otro lado, el hogar familiar sigue siendo el respaldo de muchos jóvenes españoles. En el primer trimestre del año, los emancipados sólo representaban un 26,8% de los menores de 30 años, un porcentaje paulatinamente en retroceso y que afecta principalmente a los nacidos a mediados de los ochenta, según los últimos datos del Injuve. Este bajo índice es característico en los países del sur de Europa, sostiene Rodríguez. "Es un rasgo cultural que se remonta siglos atrás. La emancipación sigue ligada a la formación de una nueva familia, no necesariamente a la independencia económica", explica. El experto ve improbable que esto cambie, pues "no hay fuerzas que actúen contra ello": con universidades en cada región no hay necesidad de estudiar fuera, ya no existe el servicio militar obligatorio y la huella de las becas en el extranjero sólo podrá valorarse a largo plazo.
Inseguridad en la contratación
La temporalidad en los empleos es otra constante entre los jóvenes españoles. El 37,7% de la población joven activa tiene un contrato temporal, 13 puntos por encima respecto a la población total, según datos del cuarto trimestre de 2010 recabados por el Consejo de la Juventud (CJE). La plataforma denuncia el abuso de las becas para encadenar contratos de jóvenes empleados: "así, nos encontramos con becarios de 35 años sin ninguna experiencia laboral reconocida y, por tanto, con muchas dificultades para ingresar en el mercado laboral".
El CJE calcula que el salario medio de los jóvenes no llega a los 1.300 euros netos al mes y, entre los menores de 25 años, no supera los 1.000. Los requisitos para formalizar préstamos hipotecarios, pese a las rebajas de los últimos años, superan en un 74,62% el salario medio de una persona joven. En Guipúzcoa, Barcelona, Vizcaya y Madrid incluso lo doblan. Por otra parte, los alquileres han bajado un 5,46% entre 2009 y 2010 hasta una renta media de 640 euros mensuales. Sin embargo, "en ninguna comunidad autónoma una persona joven podría hacer frente a este importe sin destinar menos del 30% de su salario, es decir, sin asumir un riesgo económico excesivo", añade el colectivo.
Pesimismo y frustración
Rodríguez no ve diferencias "cuantitativas" frente a otras épocas de crisis. El Movimiento 15-M desplegado a lo largo de esta semana tiene reivindicaciones "muy antiguas", desdice. En cambio, ofrece peculiaridades de carácter técnico: "Internet ha ayudado a cuajar una protesta que todavía no sabemos que alcance tiene". Sea como sea, con una previsión de crecimiento por debajo del 2% hasta 2017, la situación actual del desempleo juvenil "no es una buena receta para crear una generación de emprendedores", agrega el sociólogo.
La desmotivación es palpable: el 46,3% de los jóvenes españoles declara su falta de confianza en un futuro prometedor, según el informe 2010 de la Fundación Santa María. El 62% se declara de acuerdo con la frase "la crisis económica actual tendrá un impacto negativo en mi futuro profesional y personal" y más de uno de cada tres considera que "por muchos esfuerzos que uno haga en la vida nunca se consigue lo que se desea".
El falso mito de los 'ni-ni'
Los tópicos no siempre hacen justicia. La expresión mediática para designar a los desocupados sin ganas de estudiar y de buscar empleo es uno de ellos. Dos estudios publicados en los últimos meses se han encargado de desmitificarlo."En España ni hay, ni previsiblemente habrá una generación perdida", concluye el informe Desmontando a ni-ni del Instituto de la Juventud (Injuve), cambiando el golpe de efecto del término. Sólo el 1,7% de los menores de 30 años, poco más de 80.000 jóvenes, pueden ser catalogados bajo esta etiqueta, que el organismo público no duda en calificar de "burdamente injustificada".De hecho, los jóvenes con el denostado perfil han descendido en un 0,6% durante los últimos 15 meses y se han reenganchado a la enseñanza reglada o las tareas domésticas. En cambio, el gran descubrimiento es que hay una juventud "muy consumista, muy desorientada y perpleja, pero con proyectos y enganchada al futuro", señala uno de los coordinadores de la investigación.Por su parte, la última entrega de Observatorio Joven de Empleo del Consejo de la Juventud (CJE) estima que el porcentaje de "ninis" en España se sitúa en un 5,6%, aunque con el rango de edad ampliado hasta los 35 años.