_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Una amenaza fundamental

El Banco Central Europeo (BCE) empieza a desesperarse en su intento por evitar una reestructuración griega. Jürgen Stark, economista jefe de la institución, señala que los estatutos harían imposible prestar a los bancos griegos aceptando bonos del Gobierno como garantías si el país heleno reestructura su deuda. Lo que es exagerado -y, además, si el banco emisor del euro lleva a término esta amenaza provocaría exactamente el pánico que quiere evitar-. A pesar de que una reestructuración podría generar problemas, siempre hay formas de evitarlo.

Los estatutos del BCE requieren solo prestar contra garantías "adecuadas". Hasta la fecha, el banco central no ha encontrado impedimentos para prestar dinero a las garantías helenas, a pesar del hecho de que los bonos de Atenas se están negociando con grandes descuentos en su valor nominal. Esta justificación suena más bien a que el BCE piensa todavía que Grecia puede arreglárselas sin una reestructuración. El BCE podría, obviamente, no usar ese argumento si el país impone un recorte a los prestamistas.

Pero desde luego, tras una reestructuración, la deuda griega puede valer menos que ahora. Y el BCE podría estar dispuesto a prestar menos dinero por el mismo cúmulo de activos. Y eso podría producir un déficit de financiación para los bancos griegos. Pero eso no sería como si la autoridad monetaria europea tratara a estos bonos como si valieran menos. Simplemente aplica un recorte al valor de mercado en sus operaciones de crédito. Así que el agujero financiero podría no ser tan grande.

Pero existe una solución para eso. Los bancos griegos deben estar mejor capitalizados de manera que puedan sobrevivir a la quiebra griega y necesitar menos fondos provenientes del BCE. Ese es el verdadero mensaje que los Gobiernos de la zona euro deberían sacar de la amenaza de Stark.

Neil Unmack

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_