Draghi, al BCE con buenas credenciales
Por una vez, y esperemos que sirva de precedente, parece que la Unión Europea va a gestionar un nombramiento crucial sin desgastarse en una carnicería diplomática y sin resignarse con los últimos candidatos de desecho. Berlín anunció ayer que acepta a Mario Draghi como presidente del Banco Central Europeo (BCE) a partir del 1 de noviembre, un apoyo que despeja de manera casi definitiva la incertidumbre que empezaba a pesar sobre el final del mandato de ocho años de Jean-Claude Trichet.
La zona euro, pendiente de aprobar el rescate de Portugal mientras intenta evitar un cataclismo social y financiero en Grecia, no podía permitirse un tortuoso proceso de selección del tercer presidente del BCE.
El nombramiento de Draghi, que podría pactarse este próximo lunes en el Eurogrupo y hacerse pronto oficial, enviará una señal positiva a los mercados sobre la gestión institucional de la Unión Monetaria. Y más importante aún, mantendrá la talla mundial que el emisor se ha ganado durante la presidencia de Trichet.
Draghi (1947), antiguo ejecutivo de Goldman Sachs -lo que hoy en Europa no suma precisamente a su favor-, goza de excelente reputación como gobernador del Banco de Italia desde 2005 y como presidente del Foro de Estabilidad Financiera desde 2009. Credenciales adecuadas para convertirse en un buen presidente del BCE.