Las TIC en el sector público, un reto en tiempos de crisis
El uso de las nuevas tecnologías en la Administración supone una necesidad para elevar la eficiencia de los servicios públicos y mejorar la baja productividad española
España ha avanzado, y mucho, en la llamada Administración electrónica; sin embargo, el camino que queda por recorrer aún es largo. Eso sí, no hay vuelta atrás, la función pública a un ritmo mayor o menor no tiene otra opción que recurrir con más intensidad a la tecnología. Esta es una de las conclusiones del debate organizado ayer por CincoDías.com y T-Systems, que versó sobre la optimización de la Administración a través de las TIC en un contexto de crisis como el actual.
"Creo que desde el sector público se ha realizado un esfuerzo en tecnología. El reto ahora es que el ciudadano lo utilice. Y desde la Administración debemos ponérselo fácil", opinó Gonzalo Díe Socías, director de planificación y relaciones externas de Red.es, que citó el DNI electrónico como un hito de las TIC en el sector público. Sin embargo, es cierto que los usuarios aún no aprovechan todas las ventajas del DNI electrónico.
Por otro lado, el debate, que pudo seguirse en directo desde la web del periódico, derivó en la posibilidad que implican la utilización de la tecnología en el ahorro de costes. Para el gerente municipal del Ayuntamiento de Barcelona, Andreu Puig Sabanés, "el objetivo de introducir las TIC en la Administración no es el ahorro". Una idea compartida por José Manuel Desco, director general comercial de T-Systems Iberia. "Las TIC suponen una palanca para el cambio pero no un ahorro", aseveró. Y lanzó una pregunta al aire y en la línea de flotación de los gestores públicos: "¿Realmente hemos utilizado las TIC durante los años de bonanza?". Para Desco, se pudo haber hecho mucho más para introducir la tecnología en el día a día de la Administración.
Fernando de Pablo, director general de impulso a la Administración electrónica, discrepó de sus colegas y apuntó que el uso de las TIC en el sector público sí que supone un ahorro, aunque aceptó que la finalidad principal de la tecnología es mejorar los servicios y crear otros nuevos para los ciudadanos. Así, el ahorro derivado de las TIC supondría una suerte de efecto colateral positivo.
Más equidad y eficiencia
Juan Jesús Torres Carbonell, director de tecnología, sistemas e innovación de Correos, defiende que recurrir a la tecnología supone una medio para lograr más equidad y eficiencia en la prestación de servicios. Una opinión que también compartió Joan Monrabà, director de sector público y sanidad de T-Systems Iberia, aunque denunció que faltan medios.
Gonzalo Díe salió al paso de las críticas y recordó que se ha hecho "un esfuerzo enorme en sanidad, justicia y educación y sacó las cifras. "Desde 2006 hasta 2012 se invertirán 250 millones entre la Administración central y la autonómica en tecnología en la sanidad". Entre los principales objetivos, Díe citó la instauración de la receta electrónica o el historial clínico electrónico. "Estamos transformando la sanidad a través de las TIC", declaró. Aunque advirtió que "está por ver" que ello suponga un ahorro. Respecto a Justicia, Díe citó que ya se han digilitalizado el Registro Civil y en breve los ciudadanos y las empresas podrán acceder a él a través de internet.
En educación, el Estado ha invertido en torno a 450 millones en infraestructuras y tecnología. "Somos pioneros en Europa", aseguró el director de planificación y relaciones externas de Red.es. Aun así, reconoció que ello no se ha traducido en una "mejora del sistema educativo". Es decir, parece que hace falta algo más que un ordenador para elevar el nivel educativo de los alumnos españoles.
A pesar de los datos esgrimidos por Díe, Monrabà, de T-Systems, reiteró sus críticas y recordó que en España aún sigue siendo muy difícil abrir un negocio y lamentó la heterogeneidad de las legislaciones autonómicas. Con todo, la Ley de Economía Sostenible incluye medidas en este sentido para reducir los trámites burocráticos ligados a la apertura de un negocio. Díe aceptó las críticas pero indicó que las empresas también deben realizar un esfuerzo adicional en temas como la facturación electrónica. "La Administración ya ha dado ese paso en apostar por las TIC y las empresas aún deben hacerlo". De hecho, muchos empresarios son reacios en aceptar el papel relevante de la tecnología. Por ejemplo, desde el primero de enero, la Agencia Tributaria ha iniciado un importante cambio al relacionarse solo a través de internet con los contribuyentes del impuesto sobre sociedades. Ello ha levantado críticas por parte de los empresarios y asesores fiscales que consideran que el uso de las nuevas tecnologías debe ser un derecho, pero nunca una obligación.
Resistencias al cambio
De hecho, es habitual que todos los cambios provoquen resistencias y ciertos temores entre los afectados. En este sentido, Díe reconoció que se han encontrado oposición dentro de la propia administración en el momento de introducir cambios tecnológicos. Sin embargo, añadió que "la experiencia indica que incorporar las nuevas tecnologías en la Administración pública es positivo siempre que implique una mejora para el ciudadano". Entre los éxitos, apuntó que ya son 250 las comisarías que expiden el DNI electrónico en menos de quince minutos.
Con todo, la situación actual de crisis ha modificado también la estrategia de las TIC en la Administración. Fernando de Pablo reconoció que la necesidad de reducir el alarmante nivel de déficit público -que en 2010 alcanzó el 9,2% del PIB- ha supuesto una caída de la inversión asociada a las TIC. Desco, de T-Systems fue contundente al respecto: "Ahorrar en tecnología en una época de crisis es malo". Y ello es así porque las TIC suponen una mejora de la productividad, uno de los principales problemas de la economía española después del paro y el déficit público. De hecho, De Pablo recordó que en la última década la contribución de las TIC a la productividad ha sido del 61% en Estados Unidos, del 55% en la Unión Europea y en el 41% en España.
En cualquier caso, Díe apuntó que el recorte en la Administración pública ha llegado dos años más tarde que en el sector privado y apuntó que la crisis "ha venido bien para buscar más eficiencia". En este sentido incidió en una idea que se repitió a lo largo de todo el debate: la necesidad de que las distintas Administraciones colaboren entre sí. Sin embargo, como apuntó De Pablo, el problema es el asimétrico desarrollo de los avances tecnológicos entre los organismos públicos, lo que dificulta la tan anhelada cooperación.
Así, algunas comunidades han realizado importantes avances mientras que otras aún se encuentran muy atrasadas respecto a las pioneras. Sin embargo, el eslabón débil son los ayuntamientos. La Administración local es con diferencia la que tiene más dificultades para establecer las nuevas tecnologías y, sobre todo, en los pueblos más pequeños. No es el caso de Barcelona, una ciudad que lleva años apostando por las TIC.
Cámaras de tráfico en el móvil
Andreu Puig apuntó que las últimas novedades tecnológicas en la capital catalana son la instalación de cajeros automáticos que permiten a los ciudadanos realizar distintos trámites. Y, por otro lado, ya existe la posibilidad de que los barceloneses puedan a través de sus teléfonos obtener las imágenes de las cámaras de tráfico instaladas en la ciudad, lo que permite diseñar rutas más rápidas y evitar las calles más atascadas.
En el caso de la Administración central, Hacienda es el organismo que con más intensidad ha recurrido a las nuevas tecnologías. Un ejemplo claro es la campaña del IRPF de este año, que permite que los contribuyentes puedan acceder y confirmar el borrador a través de internet y cómodamente desde sus casas. La Agencia Tributaria ha remitido a los contribuyentes más de 22 millones de borradores y datos fiscales. Se trata de la mayor cifra jamás registrada. Hacienda cuenta con unos sistemas informáticos más avanzados de la UE.
El camino emprendido por la Agencia Tributaria es el que se impondrá con mayor o menor rapidez en el futuro. Así lo defiende Juan Jesús Torres Carbonell, de Correos, que argumenta que la relación entre la Administración y el ciudadano ha evolucionado de la mano de la tecnología. "Se trata de un cambio de paradigma que nos llevará a nuevas estrategias", apunto Carbonell. Sin embargo, unos de los principales retos de la administración es lograr que los ciudadanos utilicen realmente las facilidades tecnológicas que pone a su disposición la Administración.
Teletrabajo y sueldos ligados a objetivos
En los desayunos que organizan CincoDías.com y T-Systems, los televidentes que siguen el debate en directo a través de la web pueden enviar preguntas y comentarios a los contertulios. Un empleado de la Diputación de Barcelona aprovechó para reclamar que se avance en el llamado teletrabajo. Explicó que él podría realizar su trabajo perfectamente desde su casa pero que no puede ya que debe fichar cada día.
El gerente municipal del Ayuntamiento de Barcelona, Andreu Puig Sabanés, señaló que tecnológicamente no hay ningún impedimento para establecer el teletrabajo. "El problema es más cultural", señaló. Y añadió que antes de establecer el teletrabajo se deben realizar otras reformas.
Gonzalo Díe Socías, director de planificación y relaciones externas de Red.es, fue un paso más allá y propuso que el establecimiento del teletrabajo se acompañe de la remuneración por objetivos. Fernando de Pablo, director general de impulso a la Administración electrónica, también señalo que la tecnología ya posibilita que los funcionarios trabajen desde sus casas.
En cualquier caso, Juan Jesús Torres Carbonell, director de tecnología, sistemas e innovación de Correos, recordó que no todos los empleados pueden acogerse al teletrabajo, ya que aún resulta indispensable muchas veces acudir a la oficina.
En cualquier caso, cada vez parece más cerca el momento en que una buena parte de los funcionarios españoles puedan trabajar desde sus respectivas vivienda. Con todo, falta por ver cómo se articularán los necesarios sistemas de control.