_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Barclays navega con el viento en contra

Barclays lucha con muchos vientos en contra. Las acciones del banco británico cayeron ayer por la mañana un 5% tras el anuncio de la caída trimestral del 8% en el beneficio antes de impuestos. Parece que los inversores tienen dos legítimas preocupaciones.

La primer es que Barclays Capital, el motor que ha impulsado el reciente repunte de los ingresos, llega al punto de ebullición. Las ganancias del banco de inversión antes de impuestos se redujeron más de un tercio en relación con los tres últimos meses de 2010. Y el comercio de renta fija, divisas y materias primas, que generan casi dos terceras partes de los ingresos de BarCap, experimentó solo un crecimiento del 10% trimestral.

Es cierto que las cifras de Barclays incluyeron una mayor carga de la habitual por el aumento del valor de su propia deuda. Quitando esto, el rendimiento general del banco sobre el capital ha sido del 10%. Pero juzgado sobre la misma base, la ratio ROE del Credit Suisse fue de casi el 19%. Y mientras que Barclays continúa recuperándose, los ingresos de las otras grandes líneas de negocio de BarCap -renta variable y asesoramiento- bajaron al 13% y al 16% respectivamente, en relación con el cuarto trimestre.

El segundo elemento de pesadilla que amenaza a los inversores es la Comisión Bancaria Independiente (ICB en sus siglas en inglés) británica. A principios de este mes la ICB dejó claro que estaba considerando forzar a los bancos como Barclays para que protejan sus filiales bancarias. Y eso, por lo menos, aumentaría los costes de financiación de BarCap, comiéndose su margen de beneficio.

Estos dos factores podrían socavar los planes de Bob Diamond. El CEO de Barclays se marcó por objetivo a medio plazo un ROE del 13%. Para lograrlo, el banco necesitaría ganar al menos 2.500 millones de libras antes de impuestos cada tres meses, frente a los 1.600 millones del último trimestre. Si la amenaza del ICB se convierte en realidad, y el lento crecimiento económico constriñe la recuperación de Barclays, Diamond necesitará que el banco de inversión funcione a toda máquina.

Barclays podría achacar sus problemas a una regulación severa en exceso. Pero Suiza está sometiendo a sus grandes bancos a condiciones más duras y Credit Suisse espera que su ROE alcance al menos el 15%. Así que no cabe preguntarse por qué los inversores comienzan tener miedo.

George Hay

Archivado En

_
_