Finlandia puede ser un síntoma
Las elecciones en Finlandia no son el fin de las esperanzas portuguesas. El éxito del partido antieuropeísta Auténticos Finlandeses complicará las cosas a la eurozona, que siempre ha trabajado bajo una regla informal por la que prevalece la unanimidad. Pero el verdadero significado del resultado electoral es que puede ser el primer síntoma de fatiga entre los miembros más prudentes en sus finanzas. Si la brecha entre ahorradores y receptores del dinero del rescate se amplia, los líderes de la eurozona podrían encontrarse con que los mercados acabarán tomando las decisiones.
La UE sobrevivirá al desafío inmediato. Después de todo, el ganador real de las elecciones finlandesas es el centroderechista, Partido de Coalición Nacional, cuyo líder quiere construir una alianza en torno a su plataforma pro europea. Aún así, el auge del partido antieuro en Finlandia tiene consecuencias más profundas. Para empezar, podría dificultar que los Gobiernos cumplan su promesa de ampliar el rescate del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera a 440.000 millones. Lo que minaría la confianza de los mercados. Las elecciones también destacan el aumento del sentimiento antirrescate en Europa, como demuestra el incremento de la influencia de los partidos nacionalistas o antieuro en algunos países. La tensión aumentará a medida que los votantes de los países centrales vean con peores ojos el envío de efectivo a la periferia, mientras estos se resentirán de años de austeridad. Eso explica el pesimismo de los inversores. Una reestructuración ordenada de la deuda podría ayudar. Pero si los populismos conducen a la impotencia de la zona euro, serán los mercados quienes tomen el control. Los que no puedan encontrar fondos por sí solos mostrarán la única salida: una quiebra dolorosa.
Pierre Briançon