S&P pone en vigilancia negativa la deuda de Estados Unidos
Standard & Poor's ha confirmado su rating de AAA para la deuda a largo plazo de Estados Unidos y de A-1+ para la deuda a corto plazo. Sin embargo, la agencia de califiación ha puesto en perspectiva negativa su deuda a largo plazo. La anterior perspectiva era estable.
La agencia de califiación S&P ha confirmado su rating de AAA para la deuda a largo plazo de Estados Unidos y de A-1+ para la deuda a corto plazo. Sin embargo, la agencia de califiación ha puesto en perspectiva negativa su deuda a largo plazo. La agencia liga el posible recorte a la falta de acuerdo para sanear las cuentas públicas.
"La economía de EE UU tiene, en relación a sus pares, lo que consideramos un déficit muy elevado y un endeudamiento creciente, y el camino para resolverlos no nos parece claro", explica la agencia de calificación en un comunidado. Sin embargo, S&P advierte de que a pesar de que estas fortalezas compensan lo que en su opinión suponen los principales riesgos económicos y fiscales de EE UU, reconoce que "quizás no puedan contrarrestar plenamente" los riesgos crediticios de los dos próximos años para un nivel AAA, advierte el analista de S&P Nikola G. Swann. "Más de dos años después del comienzo de la reciente crisis, los legisladores de EE UU aún no han acordado cómo hacer frente al deterioro fiscal", apunta Swann.
De este modo, la calificadora de riesgos precisa que esta perspectiva negativa del rating de EE UU supone que existe "al menos una probabilidad entre tres" de que pueda rebajarse la nota de EE UU en los dos próximos años.
Asimismo, la perspectiva ''negativa'' de la calificación de la deuda de EE UU refleja el "creciente riesgo" de que las negociaciones políticas sobre cómo y cuándo afrontar los retos fiscales a madio y largo plazo continúen al menos hasta las elecciones de 2012.
Tres escenarios
En este sentido, S&P recuerda que entre 2003 y 2008, el déficit presupuestario del Gobierno de EE UU fluctuó entre el 2% y el 5% del PIB, por encima del resto de países con la máxima nota crediticia, y que en 2009 se disparó por encima del 11%.
De este modo, la agencia contempla un escenario base de crecimiento del 3% anual que permitiría reducir gradualmente el déficit hasta ligeramente por encima del 6% en 2013, lo que situaría la deuda pública en el 84% del PIB en ese mismo año.
Una previsión más optimista, con un crecimiento anual del 4%, reduciría el déficit al 4,6% del PIB en 2013, mientras la deuda llegaría al 80%. Sin embargo, en el peor escenario contemplado por S&P, que asume una recaída en recesión el próximo año, el déficit sería del 9,1% del PIB en 2013 y la deuda sobrapasaría el 90%.
"Incluso en nuestro escenario más optimista, el perfil fiscal de EE UU en 2013 sería menos robusto que el de otros emisores soberanos con calificación AAA", concluye la calificadora de riesgos.
Diversas propuestas de consolidación
El pasado 13 de abril, el presidente Barack Obama presentó un plan de consolidación fiscal a medio plazo encaminado a reducir en 4 billones de dólares el desequilibrio de las cuentas del Gobierno en los próximos 12 años y en el que resultará clave el trabajo de la Administración y de los líderes del Congreso en los dos próximos meses para establecer un programa común que permita cumplir este objetivo mediante la reducción del gasto y el aumento de la recaudación.
No obstante, la agencia apunta que miembros clave de la Cámara de Representantes han reclamado un ajuste fiscal de similar magnitud durante la próxima década, aunque por vías distintas, ya que el presidente del Comité Presupuestario de la Cámara, Paul Ryan, pretende sanear las cuentas federales en 2040 en parte mediante la reducción del gasto no destinado a Defensa, así como reduciendo significativamente el alcance de Medicare y Medicaid, mientras que se aplicarían rebajas fiscales.
"Consideramos las propuestas del presidente Obama y del congresista Ryan un punto de partida para un compromiso más amplio que podría permitir una sustancial y duradera reducción del déficit de EE UU", apunta la agencia que, sin embargo, considera "un reto" que se logre un acuerdo debido a las amplias diferencias entre las partes.
"Pensamos que hay un significativo riesgo de que las negociaciones en el Congreso no alcancen un acuerdo sobre la estrategia fiscal a medio plazo antes de las elecciones presidenciales y al Congreso en el otoño de 2012, lo que supondría que la primera propuesta presupuestaria que incluiría medidas al respecto serían las cuentas de 2014 e incluso es posible que se demorase más allá de esa fecha".
A este respecto, Standard & Poor's no muestra preferencia sobre la proporción de medidas sobre el gasto y sobre la recaudación que debe contener el plan, aunque señala que para que cualquier propuesta resulte creíble debería contar con un amplio apoyo de los líderes de ambos partidos.
"Si los políticos de EE UU acuerdan una estrategia de consolidación fiscal, consideramos por la experiencia observada en otros países que la puesta en práctica de las medidas requiere tiempo, lo que podría generar una significativa controversia política en el conjunto del país, no sólo entre el Congreso y la Administración", advierte la agencia, que considera razonable suponer que todavía serán necesarios "varios años" antes de que el Gobierno de EEUU alcance una posición fiscal que permita estabilizar la carga de su deuda.
Además, S&P advierte del riesgo de que, incluso después de haber alcanzado un pacto y que dichas medidas hayan sido puestas en marcha, los dirigentes salidos de las convocatorias electorales podrían decidir revertir al menos parcialmente parte de las medidas de consolidación fiscal.
Tras conocerse la noticia, los tipos de interés de la deuda de EE UU a 10 años han repuntado ligeramente.