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Tribuna
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El impacto de la energía eólica en sus facturas

La CNE acaba de hacer públicos los datos de las primas a las energías renovables en 2010. Y usted ya se ha llevado las manos a la cabeza. ¿Cómo? ¿Han vuelto a subir las primas? ¿Por eso ha subido mi factura de la luz? Error. Y cuando acabe de leer estas líneas, sabrá por qué no es así. Es más, entenderá por qué el sector eólico está abaratando su factura.

Para empezar, debe saber que, según la CNE, la producción de energía eólica creció en 2010 un 14,6%, hasta 42.642 GWh. Con esta generación se pueden abastecer las necesidades de electricidad de 10 millones de hogares españoles. En el mismo periodo, la retribución total a la eólica, que fue de 3.223 millones de euros el año pasado, aumentó un 10,8%.

Segundo dato. La retribución media percibida por la eólica en 2010 fue de 77,93 euros por MW hora, un 3,3% menos que en 2009. Es verdad: usted no tiene los datos para saber si esto es poco o mucho, así que se lo vamos a facilitar. El pasado jueves, el mercado eléctrico en Italia marcaba unos precios de 84 euros/MWh de media. ¿Por qué? Porque el sistema italiano se basa fundamentalmente en carbón y gas y, además, tiene que importar electricidad. ¿Por qué le contamos esto? Porque si la eólica española se vendiese en Italia, no necesitaría primas. Al contrario, abarataría el precio de la luz de los italianos.

En cambio, en el mercado español, con una importante presencia de la eólica y otras tecnologías renovables que no tienen coste de combustible y entran en el mercado a un coste cero, el precio medio es de 50 euros/MWh. Para llegar a los 77,93 euros/MWh antes mencionados hay que pagar una prima de 27,93 euros/MWh a la eólica. ¿Por qué se paga la prima? Para incentivar las energías renovables autóctonas y no contaminantes. En otros países se hace al revés: se grava a las energías contaminantes e importadas para desincentivar su consumo. Aun así, las primas a la eólica son las más bajas de la Unión Europea, junto con las de Portugal. Por ello, por ser España el país donde más energía eólica se instala con el menor esfuerzo económico, la Comisión Europea ha identificado el sistema de primas a la eólica español como el más eficaz económicamente de la UE.

Tercer dato. La CNE había calculado que la retribución total a la eólica sería de 132 millones menos en 2010 de lo que en realidad ha sido, fundamentalmente porque, como usted recordará, fue un año de mucho viento. Y esa desviación en el cálculo, no las primas en su totalidad, es lo que recoge el déficit de tarifa. O lo que es lo mismo: la eólica no es la causa de lo que ahora mismo se considera uno de los principales motivos de la insostenibilidad del sistema eléctrico de nuestro país.

Cuarto dato. Ahora llegamos a su factura eléctrica: supongamos que el consumo eléctrico de un hogar medio español es de 400 kWh al mes y paga por ello 85,48 euros. Esta cifra incluye no solo la electricidad, sino todos los costes del sistema necesarios para que a usted le llegue el suministro eléctrico. De esos 400 kWh, en el mes de febrero de este año el 19% procedió de la energía eólica. Imagínese que en febrero no hubiese soplado absolutamente nada de viento. En ese caso, usted hubiese pagado 91,03 euros de luz, ya que la eólica tuvo en el mes un efecto reductor en el precio de generación de la electricidad del 10%, al desplazar del mercado otras tecnologías más caras (como el gas o el carbón). Pero, como en febrero hubo viento, usted pagó los mencionados 85,48 euros. De esta cantidad, 2,13 euros se destinaron a retribuir la generación eólica por ser una tecnología que no contamina y evita emisiones de CO2.

Quinto dato. El Gobierno calcula que cada 10 dólares de subida del petróleo le cuestan a España 6.000 millones de euros. En lo que va de año, el precio del barril Brent ha subido cerca de 19 dólares, lo que le podría haber costado a España unos 11.200 millones. Con ese dinero se podrían haber pagado casi seis años de primas a la eólica.

Llegados a este punto, es posible que se sienta con fuerzas para resistir un par de cifras más (en caso contrario, disculparemos que vaya directamente al próximo párrafo). Gracias a la eólica, con los últimos datos disponibles, de 2009, España evitó importaciones de combustibles fósiles por más de 1.500 millones de euros. La industria exportó tecnología por valor de 2.104 millones de euros, más que un sector tan emblemático para nosotros como es el del vino. Su aportación al PIB es de 3.207 millones anuales, lo que representa el 0,34%. Y da empleo a más de 35.000 personas.

Después de tantas cifras, es tiempo de tomar un poco de aire (recuerde, el viento es gratis y es de todos). No le vamos a ofrecer más números para no abrumarle. Solo nos queda una pregunta: ¿no le parece que todo esto justifica, hoy más que nunca, que España siga apostando por la energía eólica? Y usted nos dirá: "Pero si el Gobierno dice a los cuatro vientos que apuesta por ella". Cierto. Lo dice. Pero ha llegado el momento de actuar. Nuestro sector necesita sin más dilación que se dicte una nueva regulación de cara al futuro para evitar el cierre de sus fábricas, la destrucción de empleo y la huida de inversión hacia otros países. La eólica es una realidad y el modelo español es considerado un éxito en todo el mundo. Es el momento de que el Gobierno dé un paso adelante y no pierda el tren. Y el primer paso es que usted se sienta convencido de ello.

Heikki Willstedt. Director de Políticas Energéticas de AEE

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